Bautizar

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Desperté y las náuseas me atacaron. La cabeza me daba vueltas y me dolía casi como ayer.

Quise moverme pero aún no podía. Estaba sedada. Acaso había sido él para hacerme algo? Para enviarme con el teniente?

Mi alma lloraba incansablemente. Pero yo no! Yo no podía seguir así. Las lágrimas no me resolverán nada.

Mi estómago rugiò.

Esperé a mi nueva amiga. Ella me sacaba una sonrisa. Es tan angelical. Cómo puede defenderme de tal forma si ni siquiera yo se quién soy.

La puerta se abrió. Era el. Mi corazón se aceleró. Venía con varios aparatos médicos y hablando por el celular.

Verificó cada aparato sin mirarme. Pensaba que yo estaba dormida.
Al parecer mantenía una discusión por el celular. Su voz es tan aguda. Tan grave. Tan fuerte.

-Hi.... Saludé tímida.

Se giró y se sorprendió. -Estás despierta.

Asentí adivinando lo que decía.

No movió un músculo de su cara y se encaminó a mi. -Cómo te sientes?

Intentaba hablar inglés y era chistoso. Su pregunta me había tomado desprevenida.

-I'm starving..... Susurré nerviosa .

El curvó sus labios. Mi cielo se estabilizó cuando lo hizo. El era hermoso.

-Martha te traerá de comer en unos minutos. Okey?

Asentí adivinando. El lo notó. -Linette regresa en la tarde, no hablo como ella.

-No problem!

Quise sonreír y mi costilla lo prohibió. -Auwch! Duele.

Al parecer me entendió porque se notó preocupado. Se acercó y con toda su profesionalidad se dispuso a chequearme. Mientras el lo hacía, yo no dejaba de mirarlo. Mi corazón se quería salir.

Tocó mis costillas y gemí. -Todavía están sin arreglar.

Sonreí. Lo que decía en mi idioma eran palabras bases. Pero lo entendía.

El notó que me estaba riendo de su inglés y sonrió.

Bajé del cielo a la tierra.

La puerta se abrió y el miró atrás. -Martha gracias por la sopa. Puedes dejarla ahí.

La señora me miraba extraño. Como si tuviera sentimientos negativos hacia mi.

-Sopa? Te gusta? El me interrumpió con esa hermosa voz.

Asentí casi desesperada.

Me ayudó a sentar con todo el cuidado y sentía mi cuerpo herido en tantos lugares. Qué me pasó? Quién me hizo esto? O fui yo que le hice algo a alguien más y lo estoy pagando?

Se sentó a mi lado con la sopa y sin darme ni cuenta las lágrimas se deslizaron. -Se que te duele todo, en especial la cabeza y el cuello pero debes comer.

A pesar de que tardó unos dos minutos en decir la frase, lo hizo y asentí.

Me sorprendió lo que hizo. Pero se que no lo hacía porque quería, sino porque quería agradar a su hija. El me tenía aquí por eso. De todas formas no podía exigir más.

Tomó la sopa en su mano y como a cual bebé, tomó la cuchara y la llevó hasta mi boca.

Pensé que no iba a ser doloroso pero lo fue. Mi garganta también estaba destruida. Cerré mis ojos y con su voz melodiosa hizo que los abriera. -Se que duele, pero debes comer.

BLANK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora