Tres deseos olvidados

885 84 4
                                    

Alguien movía mi cama y desperté. Hoy me sentía débil. -Nathalia, qué sucede?

-Hoy tenemos visita. Es posible que sean ellas. Hoy es tu oportunidad de salir. Vamos a lograrlo. Verás que podrás estar con tu familia y que cuidarás a mi hija. Ya basta de pasar todas las noches llorando.

La miré incrédula. -En serio te has rendido?

-Si. Pero tu no y no trates de convencerme. Me enseñó una marca en su piel.

-Tengo de estos en el cuerpo entero. Escuché a un enfermero decir que me quedaba poco tiempo. Es Leucemia. Si no te mueres de una dosis, te mueres por la comida. Es muy poca para sobrevivir. Bueno, en estos 6 meses has notado la poca comida. Te aseguro que has adelgazado unas 20 libras.

Ella lo decía tan calmada pero me dolía. En estos eternos 6 meses he aprendido tanto de ella. Es como una luz en este noche cubierta de nubes.

La abracé y empecé a llorar. -Cuando salgamos Alexander te medicarà. Es el mejor doctor que conozco. Acaricié su pálido rostro.

Me sonrió. -Sabes, ustedes son iguales. Por eso se aman. Tienes su misma mirada. Asustada pero valiente. Rebelde pero culta. Aún es así mi amor?

Le sonreí sintiendo esas dos lágrimas deslizarse. -Lo siento.. no quise llamarlo así. Perdón.

La abracé nueva vez. -Para el y para mi es un honor que alguien como tu lo ame. Después de 18 años has mantenido el sentimiento y es de admirar. El corazón de Linette es como el tuyo. Te quiero Nathalia y juntas sobreviviremos.

Se acostó en la cama con una hermosa sonrisa. -Hace tanto que no oía esa palabra.

El nudo en mi garganta creció.

Ella me miró tierna. -Se que es duro estar lejos de todo lo que conoces y más sabiendo tu historia... pero hoy te veo más triste que nunca. Cómo te hago reír?

-Mi Alejandro cumple dos años hoy. Me he perdido 6 meses de su vida. Seis meses en los que debí darle su tetera y dormirlo con un beso en la frente. Hacerlo reír y sentarlo en mis piernas para que dejara de moverse. No te imaginas su carita cuando llegaba su padre o su Lina. Esos holluelos y esas carcajadas que me alegraban el alma. Los extraño tanto. Quisiera saber el estado de mi Lina.
Alexander me debe odiar. Mi Alex.

La puerta se abrió y regresamos a nuestras posiciones. Encendieron la luz y el rubio, ese que me había mentido como a una idiota y que había atentado contra la vida de mi hijo y de mi Lina estaba allí.

Loretta entró pero no la pude ver bien. Debía actuar a la perfección o echaría nuestro esfuerzo al retrete.

El enfermero se acercó y se sentó detrás de mi.

El perfume caro entró por mis fosas nasales y ella se acercó. -Dios mío. Pero esta mujer se morirá primero que la otra ratita. Hablando de ella, dónde está?

El enfermero señaló su cama. -Esa mujer tiene pocos meses de vida. No come y su sangre está muy clara, tendremos que enviarla al hospital para que se muera allá.

Loretta rió y se acercó hasta ni naríz. Intentó hacerme verla pero yo era mejor actríz. -Quiero que me mire. Quiero que aunque esté loca escuche lo que quiero decirle.

El enfermero negó. -Está drogada. No sabe ni que estamos aquí, solo aveces tienden a moverse o a fijar su vista en algo específico. No la altere, puede resultar peligroso.

Loretta lo ignoró y sacó algo de su cartera. -Te presento al Presidente del país. Sacó otra. -Te presento a su prometida, tu amiga Linda, Perra. Pensaste que te quedarías con el? Que lo alejarías de mi?

BLANK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora