Todo es real

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Después de que se fue no pude parar de llorar. Ese abrazo que me había dado había reunido todos los pedacitos de mi corazón. -No lo recuerdo y ya lo amo. Te amo Alexander.

Mi madre entró a la alcoba. -Alejandro está con tu padre. Me miró detenidamente.

-Lloras por el? Por el Dr.?

-Aquí no soy felíz, mi hijo tampoco lo es. Mamá, no lo recuerdo pero lo amo. No te imaginas lo que siento solo con sentir su fragancia. Solo con leer una de sus cartas. No quiero perderlo. Cuando trato de encontrarme me pierdo en el. En los susurros de su voz.

Ella acarició mi cabello. -Vamos a esperar que el regrese y allí hablamos con el. Sí?

Me acosté y no pude dormir. Lo extrañaba.

Me fui a la habitación del bebé y me senté con el. -Quieres que llamemos a tu papi?

Alejandro asintió emocionado. Le marqué y no pude dejar de sonreír al oir su risa.

-También los extraño.

Esa palabra resonaba en mi mente.

Lo esperé dos semanas y nunca llegó.
Le había organizado una habitación solo para el pero solo recibí su carta y regalos para ambos.

Apreté mis puños.

Amada mía,

Tengo muchos compromisos en el país. No puedo tomar vacaciones en este momento.

Cómo está mi hijo? Cómo se está portando?

Cómo vas con el doctor?

Te extraño como a nada pero he decidido ir con menos frecuencia. No deseo hacerte llorar y tampoco quiero seguir sufriendo.

Mi Summer, te amo. Sin ti no se que voy hacer. Cuida a nuestro hijo.

Me enojé. -Solo eres un cobarde Alexander Dajher! Por qué no vienes? No sabes que aunque no te tengo cerca no puedo dejar de pensar en ti.

Salí al jardín.

Alejandro vio pasar un helicóptero y sonrió. -Papi!

Suspiré y no pude decirle nada.

Mis padres entraron y se sentaron a mi lado. -Ustedes no me han contado sobre Marcos Smith.

Mi papá negó. -Solo te pasas los días encerrada hablando sobre ese sujeto.

-Se llama Alexander y es el padre de tu nieto. Ahora espero la respuesta.

Mi madre hizo el gesto de no importarle. -El muy idiota solo nos ayudó a buscarte los tres primeros meses. Después se fue a España y de allá regresó un año después casado. No nos importa que se haya casado pero por lo menos debió llamarnos.

-Dios sabe lo que hace. Nunca lo amé. Recuerdo que en el viaje le pedía a Dios que con el matrimonio eso aumentara. Y miren lo que pasó.

Tomé al bebé y me fui al centro comercial. Alejandro corrió y chocó con los pies de una mujer.

La mujer al ver a esa cosa tan hermosa hasta se arrodilló. -Hola pequeño. Es tu hijo?

Asentí. -Wow, parece latino. Es diferente a ti. Es muy hermoso.

-Su padre es latino. Muchas gracias.

Una voz muy conocida retumbó en mis oídos. -Sally, qué haces arrodillada?

Me giré y era el. Mi prometido. Creo que mi impresión en relación con la suya fue diminuta.

-Sr. Carlos, es un placer verlo.

BLANK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora