Como una rata

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El Rubio me sonrió y respiró alegre. -Dame tus manos.

-No. Lo miré desafiante.

Hizo ejercicio con su cuello. -Michelle o como te llames, si no lo haces por las buenas, lo harás por las malas. Aún tengo mis contactos en tu gran Mansión.

Se las mostré y me puso una esposa. -Buena chica.

Abrió un frasco y con una aguja sacó sangre de mi dedo. Luego tomó un algodón y lo entró al frasco.

Me iba a sedar. -Te pondré esto en el dedo, cuando despiertes estarás con tu equipo. Ellos te harán recordar.

Me Negué pero desistí. Solo por mi esposo e hijos.

Empecé a ver borroso y a sentir mi piel sin vida.

Desperté con los labios dormidos. Miré toda la habitación y era acolchada como para dementes.

Ya no tenía esposas pero tenía un traje blanco por el cual no podía mover mis manos. Había una cama y una puerta.

Dios me ayudará a salir de esto. Mi bebé y yo estaremos bien.

Solo podía pensar en mi familia. En mi Alejandro. Mi bebé que sin mis besos no dormía.

Y viendo este tipo de cárcel, he caído en la trampa más vil.

Pasaron dos semanas y solo tuve una visita por día. Una visita que me llevaba a un baño y que me traía de comer. Mi apetito cada día aumentaba por mi pequeño cafecito.

Reí. Sería como su padre. Tiene unos genes muy dominantes mi Alexander.

Limpié como pude mis lágrimas. En el fondo sabía que no era una asesina, pero no podía confiar en mi cabeza. No arriesgando la vida de mi familia.

Me acosté para olvidarme del hambre. Mañana hablaría con el enfermero y le diría sobre mi estado. Le diría que espero un bebé y que no me puede apretar mucho con este traje.

La puerta se abrió y entró el rubio.
-Hola Como te llames. Esperen, estaba hablando español?

-Sorprendida? Fui elegido para la misión por mi excelente inglés.

Se acercó a mi y me sentó. -Hoy tenemos visita. Me quedaré aquí para que te comportes. Bien?

Lo miré con odio. -Mi esposo te hará pagar por todo esto.

Se encogió de hombros.

-Muy buenas tardes. Querida! Que desaliñada estás!

No podía ser. Loretta había entrado con su sonrisa de triunfo y poder. Levantó su mentón y me miró fija. -Qué te pasó? No has podido dormir bien? Has bajado de peso? Pobrecita! Es poca la comida para una mujer embarazada?

Cerré mis ojos y dejé pasar el dolor que recorría mi corazón. Sentí las lágrimas mojar mi cara.

-Pensaste que te saldrías con la tuya? Alexander es mi hijo y no estará con alguien como tu. Te lo dije desde el primer día.

Rió a carcajadas y otra voz conocida se le unió. Linda Clarck apareció a su lado y me dejó atónita. Traía un maletín y se sentó al lado de Loretta.

La primera continuó. -Ahora, quien te protege? Me encantó la idea de Linda. La hermana de Jessica entró a los archivos de James y encontró tu caso. Tu cerebro es una hojarasca. No recuerdas nada.

Linda levantó su ceja.

-Entonces, mi querida y predilecta nuera tuvo la idea. Y por qué no le creamos un pasado? Ella no lo tiene. Podemos jugar con ella. Así lo hicimos. Te creíste todo. Como una rata te comiste el queso y pop! Te quedaste atrapada.

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