BLANK MIND

Vida de casados

Alexander se había dormido en el sofá. Caledonia era el lugar perfecto para nuestra luna de miel.

Linette estaba hospedada en otro edificio y Lyan al lado de nosotros.

Las playas eran cristalinas, tanto que los barcos parecían estar volando. Miré por millonésima vez mi sortija y luego a mi durmiente esposo.

Soy felíz. No se por qué siento que esta es la primera vez que lo soy. Gracias a el.

Me puse el bikini y le abrí la puerta a mi hija.

-Papá durmiendo? Y esa rareza?

Me sonrojé. -No quiso dormir anoche.
Recordé nuestra intensa noche. Me había enseñado tanto y hecho disdrutar que no lo puedo explicar.

Me acerqué a el y le acomodé la cabeza. Me quedé observàndolo. Tenía dos días en la isla y ya andaba como un camarón rojo.

Linette me abrazó. -Amo la forma en la que lo miras.

-El es mi todo. Tu y él lo son.

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Linette entró a la habitación -Mami, cuándo regresa mi padre de la ciudad? No me contesta y tengo que salir. Lyan tampoco está.

Me senté sin fuerzas. -A dónde irás? Lyan anda comprando el pasaje para regresar. Ya han terminado sus vacaciones.

Ella bajó su cabeza y la comprendí. -No quiero que se vaya, en este viaje el ha estado distante... creo que tiene a alguien más mami. No lo superaré.

Acaricié su melena. -Te aseguro que el está igual que tu... solo dale tiempo... Alexander no es nada fácil. Espera a que cumplas 18 y verás que será diferente.

Asintió y me besó la frente. -Sin ser tu hija me quieres tanto. Soy felíz contigo.

Mi corazón se encogió. -Eres más que mi hija.

Alexander se sentó a observarme. Estaba ansioso por quitarme la ropa.

Me alejé de el y me quité su camisa. Solo trato de seducirlo. Pero ya me conocía.
-Qué está tramando mis ojos hermosos? Sonrió coqueto.

Me senté a horcajadas sobre el y lo besé. -Lina cumplirá sus 18, no le dejarás tener novio?

Me iba a interrumpir y lo besé otra vez. -Déjame terminar! Asintió frunciendo el sueño y me rodeò con sus fuertes brazos. -Hueles tan bien mi amor...

Sus hermosos dientes se dejaron ver. -No me cambies el tema. Me besó. -Tu hueles a uvas. Eres mi estrella.

Empezò a dejar besos por todo mi cuello y a encenderme con sus técnicas. -No le comprarás su carro?

-No.

Me alejé de el. -Pues duerme en el Sofá.

Sus carcajadas me hicieron curvar los labios pero disimulé. -En cuál Sofá?
Limpiaba sus ojos de la risa.

Le señalé el del baño. Me abrazò y no me resistí. -Por lo menos dime que lo pensarás. Susurré.

Suspiró rendido. -Si eso te hace felíz, lo pensaré. Bien?

-Yes!! I really love you my swettie!

-Y tú que me darás a cambio?

Lo miré con demasiado amor. -Qué más quieres?

Se puso a pensar y me susurró con las manos en mi abdomen. -Una Lina 2.

No supe que decir.

-No te preocupes, eso pasará pronto si seguimos nuestro ritmo.