Somos tu Familia

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El ruido y los gritos de Linette me dejaron en shock.

No podía moverme. Minutos después Martha entró llorando desesperada.

-Lina! Lina está grave.

Me armé de valor y besé la frente de mi hijo.

-Cuídalo por favor. Tengo que estar con mi esposo.

Mi celular sonó. Era el. Dudé en contestarle. Me calmé y le hablé.

Pero su llanto me hizo frenar de golpe. -No me dejan verla. Me la mataron. Summer mi hija. Mi Lina.

Cerré y me mordí el brazo. Todo era mi culpa. Si me hubiera ido nada de esto hubiera pasado. Por qué? Por qué? No te puedes morir mi niña.

Llegué al hospital y la imagen que vi me había destrozado otra vez. Pero quizás debía ser así. Ella era una mujer buena.

El estaba sentado con la cabeza apoyada en la pared. Su naríz estaba roja. Tenía sangre en la ropa e hipaba.

Linda le acariciaba el rostro y tenía sus ojos hinchados.

Me vio y se alejó nerviosa. Ella lo quería de verdad.

Me acerqué a mi hombre y apoyé mi frente en su pecho tranquilamente.

Me abrazó y no nos pudimos controlar. Lloramos como dos niños. -Ella estaba convulsionando. Está al borde de la muerte. Por qué? Por qué no a mi? Por qué?

Limpié sus lágrimas y lo acomodé en mi pecho. -Mi Ally, tenías que traerlo. Lo quiero aquí Summer.

Estaba desesperado. -Yo la puedo curar. James no quiere. Me las pagará. Si la deja morir lo mato.

-Ella estará bien. Sabes lo fuerte que es nuestra hija.

Me miró sin fuerzas. Había envejecido unos 100 años. -Qué haría sin ti?

No pude aguantar más. -Iré por una botella de agua para ti.

Asintió.

Me encerré en el baño. Quería morirme. Se estaba muriendo por mi culpa. Mi hija!

Recordé sus berrinches, sus carcajadas. Sus celos. Su gran amor por Lyan. Oh Lyan! Qué será de el! Ellos se aman!

Quién rayos soy? Julián está grave. Mi hija está grave.

Ya no tenía más lágrimas. Me arrodillé y mis temblores no me dejaban estar en pie. Cómo miraré al amor de mi vida a los ojos?

De regreso estaba con toda su familia. Todos lloraban hasta Loretta.

Le di el agua y me sentó en sus piernas.

-Alejandro tiene que estar contigo. Yo me quedaré aquí. No lo puedes dejar solo.

El no quería que lo viera en ese estado. Si supieras la verdad ya me hubieras matado.

Loretta se acercó. -Mi hijo tiene razón, no puedes dejar a un bebé solo. Y menos con lo que ha pasado. Linda y yo nos quedamos.

El se puso de pié y me tomó por la cintura. Me encaminó hasta un vehículo blindado. -Quiero que llegues a la casa y estés con nuestro bebé. Que comas y que tus labios dejen esa palidez. Tú me das fuerzas. Pero te necesito firme.

Lo Besé y me derrumbé en el. He dañado su vida.

Asentí y ambos limpiamos nuestras lágrimas. -Ella estará bien. Verás que si Alex.

Llegué a la casa y Alejandro aún estaba despierto. Lloraba mucho. Lo cargué y le di su tetera.

Me puse a observarlo. Es tan parecido a su padre. A su hermana. Yo la llevé a la muerte.

BLANK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora