protejo lo que es mio y a las personas que quiero

burbuja (luna)

Noche de concierto, la energía, los gritos, el sonido a reventar de una guitarra, la calidez de la gente, son suficientes para disuadir a cualquier músico de su pasado y sus problemas. Una psicodélico momentáneo que resguarda la sangre sudor y lágrimas del músico en el escenario, quién entrega su alma y mensaje al mundo. Sin embargo, cuando todo termina, están más solos que nunca.

Una joven y talentosa guitarrista recorre el escenario que hace una horas estaba lleno de gente, ahora completamente vacío, ni el staff ni sus compañeros de banda la acompañan, solo un estuche y sus memorias.  Se las arreglo para que la seguridad del escenario la dejara pasar y pudiera usar uno de los amplificadores del lugar.

Ella inhala profundamente conteniendose de gritar o de llorar. Se acerca al estuche y con sumo cuidado saca una vieja guitarra de color púrpura, la cual había sido arreglada en más de una ocasión, tanto que faltarían dedos de manos y pies para dar un número.

La chica ajusta las cuerdas mientras se acerca al amplificador, después de todo una guitarra eléctrica sin amplificador carecía de sentido. Al momento de conectar la guitarra, está se prende en llamas.

- mierda!.- Grita mientras se quita la chaqueta de cuero para intentar apagar las llamas.

Una vez apasiguado al fuego, suspira frustrada por el terrible estado de la guitarra, tardaría una eternidad en restaurarla una vez más.

- llevas años intentando reparar esa guitarra, acéptalo, está muerta.- habla una voz femenina a su espalda.

- nada está completamente roto Lori.- responde con una pizca de esperanza en su interior.

- no entiendo para que te esfuerzas, ni si quiera era tuya.- agrega mientras observa su celular.

- lo sé, pero es nostálgica.- observa la guitarra que paso de un bello púrpura a un negro ostentoso.- yo le di está guitarra como "herencia" ya estaban rota cuando se la di, no quería tirarla... Si antes no quería hacerlo, ahora mucho menos.

- también lo extraño...- admite Lori sin poder verle la cara a su hermana.

- yo... Lo detesto... Lo odió mucho.- en un intento efímero por ocultar sus lágrimas se cubre la cara con la guitarra en busca de obvias imperfecciones.- y aún así, se las arreglo para que me preocupara por él y extrañará sus conversaciones... No es justo.

- la vida es injusta, es obvio que lo extrañas, somos familia...

- NO!, NO QUIERO SE FAMILIA DE EL!.- azota los pies con furia.- no de ese degenerado.

- cálmate de una vez, lo quieras o no, somos familia, nada va a cambiar eso, lo extrañas porque lo amas y te preocupas por él, independientemente de lo que hizo, tu no escoges a tu familia.- Lori también derrama unas lágrimas sin darse cuenta, las cuales limpia al instante en el que siente su maquillaje derramarse.- tenemos que irnos... La función comienza en cuarenta minutos.

Luna no responde, frunce los labios mientras mira la guitarra, incapaz de poder destrozarla a pesar de querer hacerlo desde hace tiempo.

- por cierto, me dijo el guardia que devolvieras el amplificador dañado, que a pesar de que no sirva, tienen un inventario.

- ya se, ya se, ahora lo regreso.- de mala gana guarda lo que queda de la guitarra en su estuche y arrastra el amplificador detrás del escenario.

Luna sube al auto de Lori, había aprendido a mezclarse entre la gente con facilidad, más bien debía hacerlo para evitar a las multitudes, entre esas enseñanzas estaba tomar el transporte público, por lo que no llevaba automóvil.

- así irás vestida?.- cuestiona Lori al ver la ropa tan endragosa de su hermana.

- que tiene?.- responde indiferente.