El resto del día pasó tranquilo y normal, Preacher llegó con la ropa y trajo unos tacos, por lo que nos dedicamos a comer mientras veíamos una película. Más tarde María nos dijo que podíamos utilizar la piscina que había en el patio; sin embargo yo preferí quedarme fuera del agua y leer un libro en una de las sillas de piscina, no fue hasta que me dio sed y decidí ir a la cocina a buscar agua.
Abrí la nevera y saqué una botella, después de tomar un poco de agua la guardé. Me disponía a irme, cuando una voz me detuvo:
- Hola Khalleygh ¿Cómo estás? – preguntó Darian sentado en la isla.
Ni siquiera había notado su presencia.
- Hola, muy bien, gracias- respondí con amabilidad.
A decir verdad no confiaba en él, debido a que no lo conocía muy bien y luego de saber que había ayudado a mi mamá a conseguir identificaciones falsas, mucho menos.
Por un momento se quedó mirándome fijamente, como esperando algo, me incomodó, así que desvié la mirada.
- ¿No sabes quién soy, cierto? – preguntó después de un incómodo silencio.
Me confundió su pregunta.
- Pues no.
- Bien, hija mía, te lo diré sin mucho protocolo: soy tu padre- sonrió.
Estaba boquiabierta, jamás se me cruzó por la cabeza que él sería mi padre, no sabía cómo reaccionar o qué decir, sinceramente no lo recordaba y me preguntaba si él también había participado cuando María decidió abandonarme.
- Sé lo que estarás pensando, ven siéntate, tengo cosas que contarte- dijo, señalando la silla a su lado.
Tenía curiosidad por lo que me diría, así que me senté donde me indicó y lo miré, a la expectativa.
Darian se aclaró la garganta.
- Primero que todo, lo lamento mucho Khalleygh, puedo asegurarte que me hubiera encantado hacer algo para detener a tu mamá, pero no estaba ahí cuando aquello sucedió- comenzó.
Comprendía a qué se refería y una parte de mí se alegraba de saber que él era diferente, mas aún debía escuchar su historia.
- Eras una niña muy divertida y tierna, me encantaba llevarte al parque, te divertías mucho y me alegraba que así fuera, te quería tanto. Todo sucedió cuando tuve que viajar a España por un asunto de trabajo, el viaje duró 1 semana, cuando llegué a casa y no te encontré le pregunté a tu mamá dónde estabas, su respuesta fue tan terrible que me enfadé y me fui lejos de ahí. Yo era consciente de que lo había hecho por tu seguridad; sin embargo pudo haber hecho otra cosa, además me molestó que aprovechara mi viaje para hacer eso. Traté de buscarte por años, sin ningún resultado, hasta que hace unos días María me llamó para decirme que sabía dónde estabas y que probablemente estabas en peligro, no dudé en ayudarla, además estaba emocionado por ver a mi pequeña de nuevo.
No pude hacer más que sonreír, había sonado completamente honesto, lo que quería decir que estaba en desacuerdo con lo que había hecho María y parecía haber sido un buen padre, tal vez podría confiar en él.
- No te preocupes papá, no tuviste la culpa- dije finalmente.
Se sintió raro decirle papá, no estaba acostumbrada, pero ya me acostumbraría. Darian sonrió y me dio un abrazo.
- Me alegra que estés de regreso, mi niña.
Estaba feliz de tener un papá y me alegraba saber que él no me hubiera abandonado; no obstante aún tenía una duda.
- Por cierto ¿Cómo conseguiste identificaciones falsas? – me atreví a preguntarle.
A Darian le incomodó mi pregunta, pude notarlo por cómo se puso nervioso.
- Digamos que tengo un viejo amigo que me las consiguió.
- Oh, entiendo.
Esa era una buena explicación, no me hubiera sorprendido si su viejo amigo resultara ser un estafador o algo parecido, después de todo lo que había pasado en el campamento ya no había nada que pudiera sorprenderme. De todos modos lo de las identificaciones falsas era algo necesario.
- Te vez extremadamente diferente, Jhearym hizo un buen trabajo- comentó.
Ni siquiera recordaba lo del cambio.
Por el resto de la tarde me la pasé hablando con Darian, le conté del campamento, colegio, mis amistades, las cosas que me gustaban, entre otras miles de cosas, incluso fue a la primera persona a la que le confirmé mis sentimientos.
- ¿Para qué mentirte? Sí me gusta Preacher.
Se mostró muy emocionado por ello.
Él también me contó cómo era de pequeña, acerca de su trabajo, mis abuelos, incluso me contó varios chistes. Fue una tarde increíble, tenía muchísimo tiempo que no me sentaba a conversar con alguien y me olvidaba de los misterios, los fugitivos y la muerte y traición de mis mejores amigas. Me sentía tranquila, relajada, pero sobre todo feliz.
Alrededor de las seis de la tarde, los demás salieron de la piscina.
- ¡Qué tarde tan divertida! – dijo Larck sonriente en cuanto entraron a la cocina.
- Me sentí como en mi juventud- dijo mi mamá, envolviendo una toalla alrededor de sus hombros.
- No sabes de lo que te perdiste, Khalleygh- me dijo Preacher, sentándose en la silla que había a mi lado.
- No tenía ganas de nadar.
- Aburrida.
- Negativo.
- No soy negativo, soy realista.
Ambos reímos.
- ¿Tienen hambre? – preguntó Darian, levantándose de la silla.
- Sí- respondimos todos al unísono.
- Bien, prepararé unas hamburguesas.
Mi mamá y Larck se sentaron en las sillas restantes de la isla. Mientras esperábamos las hamburguesas jugamos ajedrez y Preacher nos contaba cómo era Francia, no había que ser un genio para saber que le fascinaba ese tema.
-Ya están listas- anunció Darian, colocando los platos con hamburguesas en la isla.
Le agradecimos.
Comimos en silencio, las hamburguesas se veían deliciosas y en verdad lo eran, Darian era muy buen cocinero. Al terminar de comer, nos dimos un fresco y reconfortante baño para irnos a dormir, ya que el día siguiente sería esencial para definir el futuro de todos.
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Dulce venganza #2
Mystery / ThrillerUn oscuro secreto, 2 desapariciones, personas dispuetas a hacer todo por venganza. Khalleygh, una chica de 15 años convece a su sobreprotectora madre de ir a un campamento escolar, el cual parece inofensivo. Pero la desaparición de sus 2 mejores ami...