Inmoralidad, deseo, amor y pecado.
Emma, dieciocho años recién cumplidos y esos ojos azules que llevan su infierno vuelven a su vida después de cinco años. Con tatuajes que no son más que la invitación a pecar la hacen caer a la tentación que llev...
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Sean
Luego de comprobar el estado de Emma y darme una corta ducha es que me despojo de la toalla en mi cadera y termino recostado sobre mi antigua cama, en realidad han pasado varios años desde la última vez que vine aquí, no sé por qué esperaba encontrar todo tal cual lo dejé.
Ella ya no es una niña
Con un solo baile tuve suficiente, por un momento creí que todo ese pasado estaba enterrado, y aunque nunca lo admito, me equivoqué.
Me sorprendí al verla, no tiene doce años, es una mujer con una actitud del demonio que me hace saber que las cosas no son iguales. Ya no puedo decirle lo que no necesita de los hombres ni ir a defenderla en su escuela. Los barmans la miran y ella también devora con esos ojos, la verdad es que me dan escalofríos de solo pensar en que puede estar haciendo lo que yo a su edad.
Puedes encargarte de las molestias, niño.
Ignoro los pensamientos que no surgían desde hace mucho concentrándome en el tema.
Quiero creer que ha sido advertida y educada en todos los aspectos, pero nuestros padres casi nunca están en casa debido a su trabajo y el asco me toma de solo pensar en que salga con que el Brayan la preñó.
Creo que ya me desvié de lo importante.
Tomo mi celular y empiezo a revisar las publicaciones que tiene su amiga, es atractiva de hecho, y como todas, me comía con los ojos. Sus fotos, en la mayoría son viajes, noches locas en Ibiza e historias destacadas con Emma, apareciendo en gran parte desde que tienen quince años.
La evolución de ella me hace pensar que perdí partes importantes de su vida, pero seguro fue por un bien mayor, alguien con mi enfermedad no debería siquiera respirar su mismo aire...
Solo alguien cómo yo decide tomar medidas en contra de quién se atrevió a dañar a su hermanita, y como si eso no fuera suficiente, el estrés lo libero pisando cada club sádico que puede tener una ciudad, pues unos azotes siempre pueden ayudar.
En especial en un lugar como La Mazmorra...
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