Herencia oculta
Travis
Entré a la mansión Sanders, la misma mujer que me recibió hace días me condujo al salón donde están los papás de Mae. Ambos se levantaron de sus asientos al verme llegar, Susan y Fabio Sanders se tensaron de una vez.
Fabio es un hombre alto, su cabello es castaño y sus ojos son azules. El hombre nunca me cayó bien, él y su esposa son de lo peor. Ahora sé mejor la clase de personas que ambos son juntos.
No los saludé ni nada, fui claro:
—Tengo todas las pruebas para denunciarlos —hablé de una vez.
—¿Quién te crees para venir amenazarnos, Travis? —bramó Fabio, solo me encogí de hombros.
—No saben el asco que siento hacía ustedes —musité con desdén —. Se metieron con mi novia...
—Ella no es tu novia —miré con frialdad a Susan.
—Kylie Watson es mi novia, y haré lo imposible para que no vuelva a ser agredida por ninguno de ustedes —no dijeron nada —. No se vuelvan a meter con mi novia, porque los voy a destruir.
—No eres nadie sin tu padre, Travis —dijo Fabio, yo solo sonreí de lado.
—Te equivocas, tengo mucho poder y acabaré con ustedes. ¿Creen que estoy jugando solo por ser hijo de Hugo Howard y tener veinte años? —cuestioné.
Dentro de unas semanas cumplo los veinte, pero me gusta decir que ya los tengo.
Susan apretó los labios.
—¿Qué quieres a cambio de no hacer nada? —la miré, interesado.
—Simple. Jamás volverán a tocar a Kylie —ambos se miraron.
—¿Eso es todo? — inquirió Fabio.
—No —alzó una ceja —. Le van a devolver la herencia que los papás de mi novia le dejaron.
—No hay ninguna herencia —dijo Susan un tanto nerviosa.
—Si la hay. Los padres de ella eran ricos, los busqué. Ellos dejaron una gran suma de dinero a Kylie que sería entregada cuando fuera mayor de edad. Ya lo es, ¿dónde está el dinero que a mi novia le pertenece? —Fabio tragó grueso.
—Sus padres me dejaron el poder a mi —se excusó Susan.
—Ya no tienes el poder. Kylie es la heredera de esa fortuna, así que se la darás o será peor. También me darás sus cosas que no pudo llevarse, ya que eres una víbora y no lo permitiste —señalé.
—No vengas a mi casa a ofender a mi esposa, Travis —sonreí con arrogancia por lo que dijo Fabio.
—Ella no merece respeto, ustedes dejaron de tener respeto cuando tocaron a la chica que me importa —dije con frialdad.
—Si le doy la herencia a mi sobrina... —murmuró Susan.
Su esposo la miró, enojado.
—Susan, no le hagas caso a ese universitario niño de papi —me señaló.
Pero, como me da igual, no me inmuté.
—Guarda silencio, Fabio —pidió ella, mirándome —. Si hago lo que pides, ¿nos dejarás en paz?
—No voy a estar detrás de sus miserables vidas. Así que si —respondí tranquilo.
—Bien. Acepto, le entregaré la herencia a Kylie y las cosas que dejó. ¿Contento? —no dije nada.
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Fingiendo por tres meses
Jugendliteratur"Ella será mía, cueste lo que cueste". Kylie Watson tiene una meta en su vida: estudiar en una de las mejores universidad en su país, siendo una becada. Ella tratará de pasar desapercibida y alejarse lo más posible de los problemas, pero eso cambia...