🏈Capítulo 31🏈

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Linternas flotantes

Kylie

En un solo segundo, caigo en cuenta que Travis me sube sobre el lavado de manos, entramos al baño de su habitación sin detenernos al besarnos, yo necesitaba un poco de aire para poder respirar, él lo notó, así que bajó sus labios a mi cuello y comenzó a dejar besos por todas partes. Tomé una bocana de aire y eché la cabeza hacía atrás, extasiada por la forma en que me toca. Me logra quita el sujetador, su mano izquierda cubrió uno de mis senos, gemí sin poder evitarlo. Lo masajea, mientras que devora el otro seno con su boca. De verdad que para mi esto es extraño, no había experimentado el placer, ni siquiera sabía tanto del tema.

Travis me quita mis botas grises, alzo mis caderas para que me quite la falda negra ajustada que llevo puesta, sonreí de lado cuando también me quitó la ropa interior. Ahora, quedando totalmente expuesta, no puedo ni avergonzarme, porque me siento cómoda y segura con él. Me gusta que bese mis cicatrices, y a él le gusta que haga lo mismo con su pequeña cicatriz que trae en el cuello.

Tomé el borde de sus monos, desesperada por quitárselo, vi como su rostro se iluminaba y me dedicaba una sonrisa pícara. Se bajó los monos y los dejó en el suelo, lo atraje a mi rodeando su cintura con mis piernas. Travis me volvió alzar nuevamente poniendo sus manos debajo de mis nalgas, caminó hasta que entramos a la ducha. No voy a negar el frío que estoy sintiendo en estos momentos, por ello él abrió el grifo de la ducha, el agua tibia me hizo soltar un suspiro cuando cae por todo mi cuerpo. Travis me sostiene con un brazo, el otro lo tiene apoyado sobre los azulejos de la ducha. Nuestras lenguas no quieren separarse de la otra, mi cuerpo empieza a pedir más.

Rodeo su cuello con mis brazos, él aprieta una de mis nalgas con suavidad, yo suspiré sobre sus labios. Lo ayudé con una sola mano para que se quitara los bóxer por completo, su miembro rozó mi intimidad.

—¿Te has vuelto una experta en esto, Hermosa? —separa sus labios de los míos para verlo, su cabello está húmedo y se le pega a la frente. Varias gotitas caen por su lindo rostro.

—Cierra el pico, Howard —soltó una pequeña risa sexy y volvió a besarme, esta vez con lentitud, disfrutando el momento.

Gemí al sentir su miembro otra vez. Parece que a él le encanta que lo haga, porque me guiñó el ojo antes de entrar en mi con suavidad. Cierro los ojos por la sensación tan placentera y muerdo su labio inferior, Travis soltó un gruñido. Empezó a entrar y a salir con rapidez, haciendo que todo mi cuerpo tiemble debajo del agua. El contacto de su cuerpo con el mío es perfecto, como si fuera un rompe cabeza que supo completarse a la perfección. Sus caderas chocan contra las mías, lo único que se escucha es nuestros cuerpos juntos y el agua —también mis gemidos y los pequeños jadeos de Travis —. Me da un cosquilleo por todo el vientre, araño los hombros y su espalda cegada por el placer.

—T-travis...

—¿Si, mi vida?

Dios, me embiste con más fuerza.

—Más...

Lo sentí sonreír, pero no abrí los ojos.

—¿Si sabes qué te bajaría el jodido espacio solo para complacerte, Enana?

Muerdo mi labio inferior y asiento.

—Lo sé... ah, Travis.

—Eres la definición de una obra de arte, Kylie Watson.

Hizo lo que le pedí, sus embestidas se hicieron más rápidas y más placenteras para mi.

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Fingiendo por tres meses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora