🏈Capítulo 10🏈

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El mirador.

Travis

Cada vez más, estoy odiando a la falsa de Mae. ¿Cómo se le ocurre interrumpir? Maldita sea, las ganas que tenía de besar a la Enana, cada día crecen más como si necesitara probar sus labios siempre.

Volviendo a la realidad de mierda...

Kylie se apartó de mi como si fuera un ogro o algo así. Yo solo apreté los labios, me giré hacía la pelirroja.

—¿Piensas quitarle el novio a tu prima, Kylie? —preguntó ella con amargura.

—En primer lugar; tú y yo jamás hemos sido novios —le aclaré con amargura.

—¡Claro que si! —se alteró.

—Deberías guardar silencio, Mae. Estamos en la biblioteca...

—¡Me da igual! —quiso intentar acercarse a Kylie, pero yo se lo impedí, cubriendo su cuerpo con el mío. Mae me miró, más enojada.

—Ni se te ocurra acercártele, jamás he sido tu novio. Así que, deja de dar lástima diciendo lo mismo todo el maldito tiempo, Mae —fui consiente que mi brazo derecho rodeó la cintura de Kylie.

Dios.

—Tú solo me lástimas, Travis. No es justo....

—Mae —la pelirroja se giró hacía su amiga Bianca que lleva el uniforme de porrista. Frunció el ceño al vernos, se acercó con cautela —, tenemos que ir a ensayar, nos van a regañar —le avisó.

Si, váyanse ambas.

—Estoy ocupada, Bianca —musitó ella a la pelo blanco.

—Lo sé, pero, en serio necesitamos que estés presente. Lo sabes muy bien —dijo bajito.

Mae apretó los labios, me volvió a mirar, yo solo me encogí de hombros. Pasaron unos segundos en silencio, ella maldijo por lo bajo.

—De acuerdo. Tú me la vas a pagar, Travis Howard —me señaló.

—Ajá —fue lo único que le dije.

Ella se alejó, lanzándome otra miradita ridícula. Cuando ya la perdí de vista, solté un largo suspiro.

Kylie se zafó de mi agarre y se alejó, volviendo a ir a la mesa para recoger sus cosas. Me le acerqué de nuevo, me está ignorando por completo. Dejo sus gafas en la mesa, queriendo que me mire. Sus ojos están rojos, pero no me mira. Me percato, que se le nota un moretón en la mejilla, y también como si alguien le hubiera clavado sus uñas. ¿Por qué no me di cuenta antes? Soy un idiota, lo sé.

Cuando Kylie tiene ya todas sus cosas guardadas, me habló:

—Por favor, no te quiero cerca de mi. Solo me causas problemas, Travis —me quedé helado, por el tono que usó. Más seria de lo normal.

—¿Qué te pasó en la cara? —pregunté con seriedad, tratando de ignorar lo que me dijo.

La Enana se quedó quieta unos segundos, es como si le hubieran echado un balde de agua fría. No me respondió, sino que recogió sus gafas, se las puso y luego tomó su mochila. Quería huir, pero no se lo permití. Me detuve, delante de ella.

—¡Ya solo déjame en paz! ¿Tanto te cuesta entender? —espetó.

—Kylie, no grites...

—Entonces, déjame la vida en paz, Travis. Quiero pasar de año tranquila, sin tener que estar lidiando con un loco que no me deja en paz... —apreté la mandíbula, cuando me doy cuenta que está llorando.

Fingiendo por tres meses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora