Capítulo 11

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24 de mayo de 2023

Las cosas por casa estaban algo tensas, sobretodo cuando Christopher y yo nos encontrábamos en la misma habitación.

Desde lo que sucedió en la discoteca de Miami no nos habíamos hablado, ni siquiera mirado las veces que estábamos en el mismo lugar.

Yo lo culpaba porque Max no había dado señales de vida en estos días.

Él me culpaba de que su relación con Abby hubiera acabado.

Miraba por la ventana del helicóptero observando la costa de Mónaco.

Esta fin de semana se corría en Mónaco, uno de los circuitos más históricos de todo el calendario y uno de mis favoritos también.

Papá había conseguido su primera victoria allí en su primera temporada de Fórmula 1 con Ferrari, convirtiéndose así muy aclamado por los monegascos y los fans de Ferrari en general.

Mónaco era un lugar precioso, y por estas fechas se llenaba de vida. A pesar de que muchos natales del país lo odiaban, a mi me llenaba de alegría ver a tanta gente junta en un lugar pequeño por un mismo motivo.

–Quiero buenas caras delante de las cámaras – mamá miró hacia atrás, donde nos encontrábamos los tres hermanos, una vez aterrizamos.

Rodé los ojos y agarré mi mochila cuando abrieron la puerta del helicóptero. 

Sonreí cuando vi algunos aficionados chillar el nombre de mi padre y sin perder tiempo caminé hasta la furgoneta negra que nos llevaría hasta el hotel, que que estaba justo al lado del casino.

Apenas veinte minutos después ya me encontraba en mi habitación. Me deshice de la ropa de viaje y me puse algo más decente. 

Estábamos casi en junio y en Mónaco, hacía buen tiempo, así que opté por unos vaqueros con un jersey rojo, sin chaqueta.

Además del Gran Premio, mi razón principal era hablar con Max, así que no perdí más tiempo y me dirigí a su casa.

A pesar de que estuviera en el otro lado del principado decidí ir andando. Media hora después llegué y subí directamente, saludando al portero que se vio que me reconoció porque no me impidió el paso.

Llamé a la puerta y unos segundos después apareció una chica rubia con un niño en sus brazos. La reconocí rápidamente, nunca nos habíamos visto en persona pero había visto fotos suyas en casa de Max.

–Hola - sonrió – soy Eveline, tu debes ser Victoria, ¿Cierto?

–Si, encantada – le di dos besos y saludé al pequeño.

–No sabía que Max esperaba visita.

–Ya, bueno... he venido de improvisto, creo que no sabe ni que estoy en Mónaco.

Soltó una leve risa y me dejó pasar.

–Voy a ir a dar una vuelta con Luka – sacó el carro de Luka y salió por la puerta principal – está en el salón.

Dicho eso desapareció y yo caminé hasta donde me había indicado. 

Estaba de perfil a mi, mirando la televisión vestido con la ropa de Red Bull. Supuse que en un rato tendría que irse a atender a la prensa ya que hoy era jueves.

VICTORIA - MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora