Capítulo 30

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2 de marzo de 2024

Mientras me acerco al circuito de Bahrein, las ganas y la emoción aparecen en mí. Después de tanto tiempo sin carreras, estar de vuelta aquí me llena de alegría.

El ruido de los motores y el olor a gasolina me hacen sentir como en casa. Es un ambiente que conozco bien, pero cada vez que vuelvo, se siente especial.

Mi corazón late fuerte mientras veo a los equipos preparándose para la carrera. La emoción en el aire es contagiosa y me siento emocionada de ser parte de todo esto otra vez.

Saludo a un par de conocidos con una sonrisa mientras camino hasta el box de Red Bull, había estado hablando con Max y quería que estuviera en su box, así que como era obvio, acepté sin ningún problema.

Para mi sorpresa, me encuentro con Cata, la madre de Max, pues no sabía que vendría. La saludo y ella me abraza emocionada.

Veo a mi novio hablar con algunos de sus ingenieros al lado del coche, ya con el traje puesto. Digamos que la siesta se me había ido de manos y había llegado con el tiempo justo.

Max está apunto de subirse al coche, pero antes revisa la zona donde me encuentro. Al verme sonríe y se acerca rápidamente para darme un beso.

–Suerte – digo –. Te quiero.

–Yo más.

Niego con la cabeza, mordiendo mi labio, y Max sube al coche, desapareciendo por el pit-lane.

La vuelta de formación comienza y pasa poco más de un minuto cuando el semáforo comienza a encenderse, y después de unos segundos que parecen interminables se apaga, indicando el inicio de la carrera.

Max salía primero, seguido por los dos Ferraris y Checo.

La carrera en el circuito estaba siendo un espectáculo de velocidad y habilidad, con Max y Charles liderando el pelotón desde el inicio.

Desde la primera vuelta, quedó claro que sería una batalla intensa entre los dos pilotos.

Cada curva era una oportunidad para adelantar, y ambos aprovecharon cada oportunidad para ganar terreno. Max empujaba su Red Bull al límite, mientras que Charles respondía con maniobras audaces y una habilidad impresionante al volante de su Ferrari.

A medida que la carrera avanzaba, la tensión en el paddock se volvía palpable. Los mecánicos observaban con ansiedad desde el box, preparados para intervenir en cualquier momento, mientras los aficionados seguían cada movimiento con aliento contenido.

Llegó uno de los momentos más importantes cuando la estrategia de neumáticos dictaba que era hora de cambiar a neumáticos más frescos y rápidos.

Max y Charles ingresaron a boxes casi al mismo tiempo, en vueltas diferentes, con sus equipos preparados para realizar paradas rápidas y eficientes.

Cada segundo contaba en la carrera por la delantera, y los equipos estaban bajo una presión inmensa para realizar paradas perfectas.

Después de una espera tensa, Max salió de boxes, listo para reanudar la batalla en la pista. La emoción estaba en su punto máximo mientras ambos pilotos se reincorporaban a la carrera, ahora con igualdad de condiciones.

En las últimas vueltas, Max y Charles estaban cara a cara, ninguno dispuesto a ceder terreno.

Cada curva era una lucha épica, con los dos pilotos empujando al límite en un esfuerzo por tomar la delantera, cosa que me llenaba de nervios.

El sonido ensordecedor de los motores llenaba el aire mientras los autos se abalanzaban uno contra el otro en una batalla feroz por la supremacía.

Y luego, en la última vuelta, ocurrió lo impensable.

VICTORIA - MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora