Capítulo 40

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6 de agosto de 2024

Han pasado cinco días desde el incidente en el que llegó borracho a casa, y las cosas parecen haber vuelto a la normalidad en nuestra relación. 

Durante estos días, hemos disfrutado de largos paseos por la playa al atardecer, de paseos en barco y también de buenos amigos con los chicos y Lili.

A pesar de la alegría que hemos experimentado juntos en estos últimos días, no puedo sacudirme la sensación de inquietud que me embarga cada vez que interactúo con los amigos de Max. 

Desde el momento en que Isa y su grupo llegaron a la casa, algo en el ambiente ha cambiado, y no puedo evitar sentir que hay una energía negativa que se cierne sobre nosotros.

Cada vez que estoy cerca de ellos, siento como si estuviera siendo observada de cerca, como si hubiera algo detrás de sus sonrisas y gestos amigables que no puedo comprender. 

Sus conversaciones parecen estar llenas de insinuaciones y comentarios sutiles que me hacen sentir incómoda y fuera de lugar.

Intento mantener una actitud positiva y abierta hacia ellos, pero no puedo evitar sentir que hay algo que no encaja, algo que me dice que no son de fiar. No sé si es su actitud arrogante o su forma de mirarme con desdén, pero algo en ellos me hace sentir que no puedo confiar en ellos completamente.

Me pregunto si estoy siendo paranoica o si hay algo más detrás de la fachada de amistad y complicidad que han mostrado hasta ahora.

Sin embargo, se que no son imaginaciones mías, porque Charles, Pierre y Lili también piensan lo mismo. En una de las últimas conversaciones que tuvimos los cuatro juntos en la azotea de la casa salió el tema, y los tres pensábamos igual.

Hablar con ellos sobre mis inquietudes ha sido un alivio, aunque también un poco perturbador darme cuenta de que no soy la única que siente esta extraña energía negativa que rodea a los amigos de Max. 

Lili admitió que también había notado algo extraño en el comportamiento de Isa y su grupo, especialmente en la forma en que parecían actuar como si estuvieran ocultando algo.

Charles, por su parte, mencionó que había sentido una tensión encubierta en sus interacciones.

Parecían tener una obsesión por la fiesta y la diversión, como si esa fuera su única preocupación en el mundo. 

Cada noche salían, arrastrando a Max consigo, y al día siguiente se levantaban al mediodía, aparentemente sin preocuparse por nada más que repetir el ciclo una y otra vez.

Sus hábitos de fiesta constante y su falta de responsabilidad comenzaban a afectar no solo a Max, sino también a nuestra dinámica como grupo. 

Las noches de sueño se veían interrumpidas por el ruido que hacían cuando llegaban, y las mañanas se volvían más lentas y tediosas debido a las resacas y la falta de energía.

A pesar de mis intentos de mantener una actitud positiva y disfrutar de nuestras vacaciones, no podía ignorar la creciente sensación de malestar que me invadía cada vez que veía a los amigos de Max comportarse de manera tan irresponsable y egoísta. 

¿Realmente no tenían otras preocupaciones más allá de divertirse y emborracharse?

Hoy, por primera vez desde que llegamos hace ya casi una semana, íbamos a salir todos juntos.

Estaba acabando de prepararme cuando Max salió de la ducha.

—Ya verás, la discoteca es increíble –le sonrió a través del espejo —¿Te acuerdas cuando estuvimos en Hawaii?.

VICTORIA - MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora