VICTORIA - MAX VERSTAPPEN

Capítulo 43

27 de agosto de 2024

Han pasado dos semanas desde que Max y yo lo dejamos. 

Aún siento el peso de esa decisión en mi corazón, pero sé que fue lo correcto. Descubrir que Max no confiaba en mí fue como un golpe en el estómago. ¿Cómo pudo creer las mentiras de su amiga en lugar de confiar en mí? Me sentí traicionada, herida y, sobre todo, decepcionada.

Ahora estoy aquí, en Niza, en el apartamento que compartiría con mi hermano. Es un nuevo comienzo, aunque no exactamente como lo había planeado. Mi hermano estaba emocionado por comenzar la universidad, y aunque yo también estoy contenta por él, todavía me siento un poco perdida.

El apartamento es acogedor, pero todavía no se siente como en casa. Apenas pude instalarme en Mónaco, pero echaba de menos el tiempo que pasé con Max en su apartamento.

Cuando lo dejamos me di cuenta de lo precipitado que fue mudarme con él a su casa cuando apenas llevábamos un año saliendo.

Justamente hace unos días se hubiera cumplido un año desde que me pidió salir.

¿Se podía decir que Max me había arruinado el verano otra vez? En parte si.

Sin embargo, no dejé que eso pudiera conmigo. Cuando me enteré que los amigos que hice durante el Erasmus estaban planeando pasar una semana en la casa de Pablo decidí unirme a ellos.

Pablo me había apoyado mucho, igual que hizo la primera vez.

A pesar de ser un gran admirador de la Fórmula 1, declaró lo mal que le caía Max por haberme hecho tanto daño en varias ocasiones, pero sobretodo en esta.

A veces me pregunto qué estará haciendo él en este momento. Si se arrepiente de lo que pasó, si se da cuenta de lo que perdimos. Pero también sé que no puedo volver atrás. Lo que pasó, pasó, y ahora debo mirar hacia adelante.

Quizás algún día pueda perdonarlo, pero por ahora necesito concentrarme en mí misma, en encontrar mi propia felicidad y confianza. 

Hoy era un día especial. Decidí que era hora de salir y disfrutar un poco. Después de todo, la vida sigue y no puedo permitir que una ruptura me detenga por más tiempo.

Después de un buen desayuno, Liam y yo decidimos explorar un poco la ciudad. Niza es hermosa, con sus calles empedradas y su aire mediterráneo. Caminamos por el paseo marítimo, disfrutando del sol y el sonido de las olas rompiendo en la playa.

Decidimos detenernos en una pequeña cafetería para tomar un café y planear el resto del día. Liam estaba emocionado por que le mostrara algunos de mis lugares favoritos, así que nos dirigimos hacia el casco antiguo de la ciudad.

Pasamos horas recorriendo las estrechas calles, admirando la arquitectura y probando deliciosas especialidades locales en los restaurantes locales. A medida que caminábamos, sentía cómo poco a poco la pesadez en mi corazón comenzaba a disminuir.

Por la tarde, decidimos hacer una pequeña excursión a las colinas que rodean la ciudad. Desde allí, pudimos disfrutar de una vista impresionante de Niza y el mar Mediterráneo extendiéndose hasta el horizonte.

Volvimos a casa sobre la hora de cenar, y mientras Liam se duchaba yo aprovecho para hacer algunos papeleos de cara al nuevo curso de la universidad. Mi último año.