Capítulo 22

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12 de diciembre de 2023

Me encontraba de vacaciones con la familia Leclerc.

Ayer acabé los exámenes finales y fui directa al aeropuerto, donde había quedado con ellos. Como cada año desde que conocí a Charles, nos íbamos una semana antes de navidad.

Estaba sentada en la terraza de la gran villa que habían alquilado para pasar los próximos siete días en México. Era verdaderamente un paraíso, pues teníamos acceso directo desde la casa a una playa de aguas cristalinas.

Levanté mi mirada del libro que estaba leyendo para observar a Charles, que estaba en uno de los sofás de la terraza mirando a Giorgia y Arthur, que estaban riendo en otro de los sofás un poco más alejado de nosotros.

Creo que se dio cuenta de que lo estaba mirando porque giró su cabeza hacia mi, a lo que alcé las cejas pidiéndole aunque sea que disimulara un poco.

Este se levantó soltando un suspiro y se sentó a mi lado.

Charles estaba ligeramente quemado, por su cabezonería de no ponerse crema solar para ponerse moreno más rápido.

- No se que hacer.

- No tienes que hacer nada - le recordé por quinta vez.

- ¿Cómo quieres que no haga nada? No puedo parar de mirarla y él imbécil de mi hermano se lleva toda su atención - se cruzó de brazos, susurrando y tumbándose por completo en el sofá.

Parecíamos dos cotillas discutiendo a susurros.

- Se la lleva porque es su novio - dije obvia.

- Victoria, pareces mi enemiga - rodeé los ojos, intentando retomar mi lectura.

Y digo intentando, porque Charles me arrebató el libro y lo tiró a un lado.

- ¡Acabo de perder la página por la que iba!

- ¡Lo mío es más importante! - recriminó - ¡Ya está, he tenido una idea! Tengo que ponerla celosa.

Las neuronas y los hombres no se llevan bien, y aquí la demostración.

- ¿Y con quien la piensas poner celosa? ¿Con la palmera?

Charles posó sus ojos en mi, y no necesité ni diez segundos para entender a los que se refería.

- Ni lo sueñes.

- Victoria, por favor te...

- ¿De que habláis? Niños - la voz de Lucie, la mamá de Charles, nos interrumpió.

Ambos nos asustamos al estar sumidos a nuestra conversación.

- De nada - Charles le dio su mejor sonrisa.

- Os conozco, y se que nada bueno estáis planeando.

Le repetí lo que Charles había dicho y después de charlar un rato con nosotros se marchó para arreglarse para la cena.

Decidí hacer lo mismo y subí hasta mi habitación para ducharme. Me puse un vestido blanco que resaltaba el moreno que había conseguido estos días.

Llamaron a la puerta así que me acerqué para abrir, encontrándome con Giorgia.

- Hola - dijo tímida, a lo que le di mi mejor sonrisa - ¿Puedes ayudarme a ondularme el pelo?

- Si, claro - acepté - entra.

- Gracias, es que no llego bien a la parte de atrás.

Nos colocamos delante del tocador y me puse de pie detrás de ella, comenzando con su cabello.

VICTORIA - MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora