37.

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Junior's POV:

Salí del estudio con una botella de agua en la mano; estos días habían sido muy pesados entre tantas composiciones y grabaciones. Ni siquiera he tenido tiempo de llamar a Paula, aunque estaba bien. Así le daba más tiempo para pensar las cosas.

Entré en Instagram y vi que Pau subió una nueva publicación. Era ella con un grupo de amigas. Inmediatamente la busqué entre todas y apenas la divisé, sonreí. Tenía un vestido rojo de manga larga, su pelo estaba lacio y sonreía a la cámara.

"Qué bonita la de rojo.❤️" comenté.

Paula's POV:

—Pues se cansó de rogarme y ya, Estefanía—dije abrazando a Mila—Llevo una semana sin saber nada de él.

—Eres una exagerada, Paula—rodó los ojos—Gabito ya te dijo que lo ha visto muy ocupado en el estudio, déjalo en paz.

Suspiré frustrada.

—¿Por qué no lo buscas tú?—negué mirándola mal—Es que entonces no te entiendo, cuando venía diario a buscarte, lo corrías. Cuando te traía flores diario, nunca se las recibías. Y ahora que no te busca, estás llorando.

—Yo pensé que nunca se iba a cansar de insistir—dije por lo bajo.

—Todos tenemos límites, Pau, y tal vez ya entendió que tú ya no lo quieres.

—Pero si lo quiero. —inferrí.

—Pero él no lo sabe. —contestó y bufé molesta.

Una notificación me interrumpió, "Junior H ha comentado en tu publicación". Sonreí al ver su comentario, me emocioné en la cama y se lo enseñé a Estefanía.

—Y ¿quién es la de rojo? —dijo molestando, yo reí sarcástica—Ya viste? Solo eres una exagerada, dale tiempo a las cosas.





Salí de bañarme, comencé a cepillar mi cabello pero el timbre me interrumpió. Esperé unos minutos para ver si Estefanía abría, pero al no ver respuesta, fui yo.

Me encontré a Junior con rosas en la mano, no pude evitar sonreír y sonrojarme.

—Hola, Pau —por primera vez vi a Junior hablarme con pena.

Y yo me sonrojé aún más, sentía que estaba en secundaria coqueteando con mi novio.

—Hola, Junior.

Los dos nos quedamos viendo, ninguno decía nada. Parecíamos dos tontos sonriendo nada más.

—¿Son para mí? —pregunté viendo las rosas, él asintió y me las acercó.

—Vi que las estaban vendiendo y me parecieron muy bonitas, te las quise traer.

Nunca había visto a Antonio sonrojado, no quise decir nada pero me pareció muy tierno.

—Gracias, Antonio —sonreí—¿Quieres pasar?

Vi que se asomó detrás de mí para ver si había alguien más.

—No hay nadie, bueno Estef está durmiendo ya.

—¿Puedo entonces? —asentí y me hice a un lado para que pasara.

Vi que se quedó unos segundos admirando el departamento, tenía meses sin estar aquí.

—¿Quieres café? —él asintió sentándose en los sillones.

Fui a la cocina a preparar y solo sonreí de la emoción. Parecía tonto que después de todo lo que pasamos juntos, ahora parecíamos dos desconocidos coqueteándose.

—Toma —le entregué la taza—Me da mucha pena, recién salí de bañarme y ya iba a dormir, por eso estoy en pijama.

Solo me sonrió.

—Te ves bonita —dijo para después tomar de su café—Pero no quería molestarte, debes estar cansada.

Si supiera que todo el día estuve muriendo de incertidumbre por pensar que ya no me quería.

—Para nada —negué—¿Cómo vas con el disco?

Pasaron las horas y yo solo lo escuché emocionada, me encantaba saber todo lo que ha hecho estos meses. Me enseñó un par de melodías y videos.

—Pero bueno, creo que tengo que irme porque ya debes de tener sueño.

—No, yo podría estar toda la noche aquí —respondí rápido y él me sonrió.

Tenía meses sin verlo sonreír tan cerca de mí y no podía no sentir mariposas cada que lo hacía.

—¿Sí? —yo asentí.

Nos quedamos en silencio, me acerqué un poco más a él, nuestros hombros estaban pegados y nuestros rostros estaban a poca distancia.

—Te extrañé, Junior —dije poniéndome aún más cerca de él.

Él ni se inmutaba, no hacía nada. Por favor, tócame o algo, pedí mentalmente.

—Yo a ti, Paula.

No podía más, necesitaba besarlo. Puse mi cabeza en posición para poder darle un beso pero él se quitó.

—Creo que debería irme —se levantó del sillón.

Me sentía como una imbécil, ¿por qué no me quiso besar?

—Sí, claro —me levanté a abrirle la puerta—Gracias por las flores, Junior.

—Nada que agradecer, Paula.

Fruncí el ceño cuando me llamó Paula, que me diga mi amor o algo.

—Que descanses —dejó un beso en mi mejilla y se fue.

Suspiré, qué hombre tan complicado.





—¿Y no te besó? —preguntó Estefanía sorprendida, negué y ella carcajeó.

—No te rías, tonta —le lancé una almohada—No entiendo por qué.

—Tal vez no te vio tan bonita de cerca —dijo molestando.

—Cállate ya, Estefanía —la miré mal—Y ahora ¿qué hago? No entiendo qué es lo que quiere.

—Tal vez quiere que las cosas vayan más lento.

Mi teléfono comenzó a sonar, ambas vimos el nombre que estaba llamando y sonreímos.

—O tal vez no —dijo divertida para salir de mi cuarto.

Rodeé los ojos y contesté.

—Hola?

—Hola, Pau —sonreí al escucharlo—¿Qué estás haciendo?

—Nada, acabo de despertar y tú?

—Estoy saliendo del estudio, ¿te gustaría ir a desayunar?

Brinqué de emoción.

Estuve apunto de no actualizar en un mes porque no tenia ni una sola idea.

la cherry; junior hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora