26.

5.4K 338 51
                                    

—No sabes lo mal que me acabas de hacer quedar —me reclamó intentando alcanzar mi paso—. Te estoy hablando.

—No me interesa —contesté mientras continuaba caminando hacia el coche.

—De verdad, no sé qué quieres de mí —tomó de mi brazo para detenerme antes de que subiera al auto—. Nada de lo que hago es suficiente.

Reí sarcástica, ¿estaba diciendo esto en serio?

—Tienes razón, ¿cómo puedo ser tan malagradecida contigo? —respondí muy enojada—. Si lo único que haces es besarte con todas, negarme como tu pareja y utilizarme para no sentirte solo.

No contestó nada, me solté de su agarre y abrí la puerta del copiloto para ingresar. De verdad necesitaba estar lejos de Junior o juraría que lo ahorcaría.

—Todos dijeron que la canción no te había gustado —dijo al subirse al auto—. ¿No pudiste siquiera disimular?

Tal vez no lo pensé. Cuando terminó la canción, solo sonreí. Pero estaba claro que mi sonrisa ni siquiera la pude fingir bien. Y cuando todos me preguntaron qué pensaba sobre lo que escuché, yo solo respondí "muy bonita pero ya me quiero ir" y salí del estudio sin despedirme de nadie.

Rogaba que Antonio no le haya dicho a nadie más que esa canción era para mí. No podría con la vergüenza de que todos supieran que yo soy quien, si lo ve con varias, no dice nada y que además, estoy acostumbrada.

—Junior, de verdad solo eso soy para ti? —le pregunté bastante seria—. De todo lo que hemos pasado, solo pudiste rescatar eso?

El enojo se convirtió en tristeza y frustración.

—No, no empecemos, Paula —dijo frustrado empujando la cabeza hacia atrás al ver mis lágrimas salir.

—Llevamos casi un año juntos, Junior —proseguí—. Hemos pasado cosas muy bonitas, yo sé que me quieres porque me has contado cosas que nadie más sabe, hemos llorado juntos, conoces a mi familia y de todo eso, solo puedes pensar en mí como la morra que puedes usar y aun así te sigue queriendo.

Él solo negó y encendió el coche.

—No te entiendo, de verdad, estoy harto —habló molesto—. Te quiero mucho pero esto ya me está cansando, ¿sabes lo vergonzosa que fue la escenita que hiciste?

Es un idiota.

—Perdóname, mi amor, de verdad —dije sarcástica—. Para el coche y me regreso a decirles que me encantó que me hicieras una canción donde prácticamente dices que soy tu pendeja.

—Ya no quiero escucharte —me detuvo molesto para después darle un golpe al volante—. No quiero hablar contigo ya.

—¿Eres tú ahora el lastimado? —pregunté indignada—. Siempre haces lo mismo y mañana regresarás llorando pidiendo que te perdone.

Lo escuché reír sarcástico.

—Y al final, ¿quién me perdona, mami? —quería ahorcarlo—. No entiendo por qué te molestó la canción si al final solo dije la verdad.

Me miró serio cuando detuvo el coche frente al semáforo en rojo.

—Me vas a negar que sigues conmigo sin problema después de que haya estado con chingos de morras?

No sabía por qué era así, me tenía frente suyo llorando y él solo buscaba más palabras para lastimarme.

—Al chile, yo no soy el del problema aquí —dijo arrancando.

No contesté nada, en el coche solo se escuchaban mis sollozos. Estaba harta y ya no podía más.

Cuando vi que faltaba poco para que llegáramos a mi edificio, cobré todas las fuerzas que había en mí y hablé:

—Mira, Junior, yo te adoro —hablé con la voz entrecortada—. Pero ya no puedo más, ya no quiero esto. Esta fue la última oportunidad.

Lo vi rodar los ojos mientras asentía molesto.

—La misma escena de siempre.

—Está vez es real —dije limpiando mis lágrimas—. Te pido que si de verdad me quieres, dejes de buscarme. Ya no quiero saber más de ti y yo me comprometo a alejarme.

Se estacionó frente al edificio y me miró directo.

—Tienes razón, yo fui la del error, no tengo por qué seguir aquí después de todo lo que ha pasado —acepté—. Pero no merecía nada de lo que has hecho.

—Te he tratado muy bien, Junior, para todo lo que me has requerido ahí he estado. No hay forma de que niegues lo querido que has sido por mí.

Me odiaba por no poder parar de llorar.

—Lastima que yo no he sentido ni la mitad del amor que yo he dado por ti—dije bastante triste.

Me sentía indefensa, estaba ahí muriendo de amor y él ni se inmutaba.

—Así que por favor déjame ir. Por primera vez quiero que esto en serio termine, ya no me busques.

Esperé algunos segundos deseando que él hiciera algo, que me detuviera o que me contestara siquiera, pero nada de eso pasó. Asentí, tomé mi bolsa y abrí la puerta.

—Adiós, Junior —dejé un beso en su mejilla y salí.

FIN

ajajajaj, no es cierto, después sigo. Cuéntenme que opinan?

la cherry; junior hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora