—Ya, Paula.
Corrí de él carcajeándome.
—Sigue riéndote así y vas a despertarla y yo no volveré a dormirla, eh.
No me importó y seguí riendo. Él solo se metió a la cama.
—Ya, vente a dormir—palmeó la cama.
Rendida, abrí las cobijas para acostarme junto a Junior. Busqué su cuerpo apenas me tapé.
—Espera, mi amor, apagaré la luz.
Se estiró un poco y a los segundos, estábamos en completa oscuridad. Me pegué a él, recostándome en su pecho.
—Qué bonito día fue hoy, ¿no?—preguntó acariciando mi espalda—.Mi bebé andaba muy feliz.
—Le gustan mucho los animales—sonreí—. Es muy buena vida, mi amor.
Me acerqué a besarlo.
—Oye —tomé sus manos—.Quiero hablar contigo.
Cerró los ojos y se quejó.
—Nunca podremos ser una relación tranquila—contestó—. ¿Es malo?
Le pegué con la almohada.
—No es malo, ¿qué te pasa?
Me sonrió y me jaló para que recargara mi espalda sobre la suya. Colocó sus manos sobre mi estómago.
Miré nuestras manos y suspiré.
—¿Qué quieres hablar, mami?
—Mel ya va a cumplir el año y a nosotros nos está yendo muy bien en terapia—contesté—. Ya no hemos peleado nada y yo estoy más enamorada que nunca.
—Tú siempre estás más enamorada que nunca—dijo divertido.
—¿Tú no o qué?
—Ya sabes que sí—contestó—. ¿Pero todo esto qué?
—Es que yo lo he pensado mucho y a mí me gusta demasiado cómo hemos criado a Mel. Me encanta que tú seas su papá y yo amo ser mamá.
Rió con ternura.
—A mí también me encanta que tú seas la mamá de mis hijos —dijo abrazándome con fuerza—. Por mí te hago otros cien, a la verga.
—Es que a eso voy.
Me separé, sentándome frente suyo.
—No me gustaría que Mel se llevara por mucho tiempo con sus hermanos.
Quiero que ya tenga con quién jugar y yo me muero por tener más bebés.Me miró expectante y no sabía si sorprendido o asustado. Estaba muy nerviosa.
—¿No vas a decir nada?
—No sé, Pau. Meli está muy chiquita y necesita mucha atención aún.
—Yo sé, pero yo estoy todo el día con ella. Nos la pasamos jugando y tú sabes que yo la amo - respondí—. Si lo intentamos, cuando el bebé nazca, Meli estará mucho más grande. Eso no quiere decir que la dejaremos, pero sí que no será tan demandante, yo jamás dejaría a mi niña.
Me miró fijamente como si intentara descifrar mis ojos.
—¡Ya! Dime algo. Si crees que no es momento, yo entiendo. Sé que también fue de la nada y es algo que debemos platicar y planear y...
Me tomó de la mano.
—Mi amor, yo también lo había pensado. Yo me muero por tener un montón de huerquillos corriendo por la casa.
ESTÁS LEYENDO
la cherry; junior h
FanfictionTodas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.