seventeen

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꒰ᐢ • ˕ • ᐢ꒱

No comprendía en que momento aquel temor, odio y asco que había dejado de sentir unos meses atrás había vuelto, no sabía cuando había sucedido y como era que cada vez avanzaba más y lo hacía sentir tan chiquito, en especial a su omega interior que no paraba de pedirle perdón y suplicarle por volver con el, pero como siempre lo había echo simplemente no escuchaba a su omega, y así estaba mejor, el no había nacido para ser un buen omega, eso jamás había estado entre sus planes de vida y hasta el momento seguía siendo así.

Su cabeza no paraba de doler, día y noche, no lo dejaba descansar y aquellas vocesitas que le hablaban cada día se hacían más fuertes haciéndolo sentir peor, iba en decadencia y lo peor es que no hacía absolutamente nada.

Sus padres estaban muy preocupados al igual que sus hermanos que hasta el momento le habían brindado todo el apoyo necesario pero el simplemente no lo quería, el solo quería a alguien, a aquel idiota, a aquel Alfa que por un momento en su vida le había echo cambiar de opinión, de que tal vez el haber nacido como un omega en una familia llena de alfas no había sido tan malo, pero aquella felicidad y paraíso que le había dado ese Alfa ya no estaba y simplemente se volvía a sumir en su miseria creyendo que todo de él estaba más que mal y que siempre iba a ser así.

Recordaba aquellos momentos en los que había tratado de ser un mejor omega, tratando de comportarse sutil, gentil y amable, vistiéndose como había visto que los omegas deberían de vestir y simplemente no funcionó, al final de cuentas el volvió a caer en lo mismo, donde no se sentía suficiente, donde lo único que quería era poder volver a nacer y que esta vez si fuera como un Alfa, siendo un orgullo para su familia y poder seguir con aquella jerarquía con la que venían, en donde todos sus familiares eran alfas y el como siempre, siendo el bicho raro, tuvo que nacer omega.

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Suspiro cansado y se levanto de la cama, un fuerte mareo lo hizo volver a caer en la cama pero esta vez sentado, su cabeza dolía demasiado y unas fuertes ganas de vomitar también, cuando la puerta fue tocada solo pudo atinar a hacer un sonido de aprobación y su papá omega se hizo presente en aquella oscura habitación que olía a hormonas tristes.

- Yoonie, ¿Vas a cenar? - Pregunto bastante preocupado mirando a su hijo que estaba más pálido de lo normal.

Aquella voz retumbó en su cabeza y paso saliva, se levanto otra vez de la cama y camino hacia el baño tambaleándose.

- D-dile a J-junkookie que - No pudo terminar de hablar, no cuando una fuerte punzada atacó su cabeza y cayó al piso, un pitido en sus oídos lo hizo soltar un jadeo de dolor.

Nuevamente había caído, otra vez, como años atrás.

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Cuando abrió sus ojos la luz le fastidio, teniendo que volver a cerrarlos, su nariz fue inundada por aquel aroma que tanto extrañaba, que en su momento le había causado felicidad pero también dolor, el estaba allí.

Abrió sus ojos despacio nuevamente y cuando sintió como aquella mirada penetrante lo miraba con temor su estómago se revolvió, por alguna razón aquel aroma que tanto le había agradado ahora le estaba ocasionando unas fuertes ganas de vomitar y a lo mejor era por lo fuerte que este era.

El pelinegro camino hacia el y justo en ese momento el omega tuvo que voltear su cabeza y vomitar a un lado de la camilla en que se encontraba, el Alfa se asusto y salió corriendo hacia el pasillo en busca de ayuda mientras que el bonito gatito seguía sumamente confundido y con sus sentidos bastante alterados por aquel aroma a chocolate amargo y café.

Omega difícil - JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora