Mis piernas se debilitan y veo como corre hacia mi para no dejarme caer.
—¡Julieta! —Llega hasta mi y me sostiene de la cintura ayudándome a quedar de rodillas lentamente. Tenía a Danilo arrodillado frente a mí. Estaba. Arrodillado. Rompí en llanto enfrente suyo —. Ya está, estás bien, acá estoy yo. —Me acaricia con su brazo sano.
La chica de rulos se acerca a donde estoy yo y lo mira a Danilo, preocupada.
—Hola. —Acerca su mano hacia mi y yo me alejo, aferrándome más al cuerpo de Danilo. Ella inclina la cabeza y me mira con más preocupación —. Soy Anabela...
El dolor en mi cabeza no disminuía, me dolían las piernas de todos los golpes que me había dado al ser arrastrada por el piso. Dejé caer la navaja al suelo y entrelacé mis brazos en el cuerpo de uru, asustada. Intenté no molestar su brazo enyesado.
Miré desde mi altura como un grupo de hombres se llevaban al tal Jorge hacia afuera de ahí, mi mirada se cruza con el señor de musculosa que se acarició el puente de la nariz y se acercó a nosotros.
—Julieta... —Llama, Danilo y yo me separo de él para quedar enfrente de esa Anabela, el señor del tatuaje y uru.
—¿Vos estás metido en esto? —Dije entre sollozos. Él mira al señor. El de tatuaje chasquea la lengua y me mira.
—Soy Cochi. —Se presenta —. Perdón por lo sucedido, no tenía idea que ese boludo haría algo así.
—¿No tenía idea de que uno de su circulo podría violarme? ¿Eh? —Le grito agarrando mi navaja para amenazarlo.
—Bueno, perdóneme. —Levanta las manos. —Permiso. —Agarra mi muñeca y suelto un gemido de dolor, ni siquiera me había agarrado fuerte, pero después de cómo me tenía agarrada ese Jorge me quedó doliendo. Retiró lentamente la navaja de mi mano y se la guardo en el bolsillo del pantalón.
—Ju... —Danilo acerca su mano hacia mi y yo me alejo.
—No me toques, Danilo. —Negué con la cabeza y mis ojos empezaron a cristalizarse otra vez, me dolió ver su cara de tristeza por mi acto, me dolió incluso hacer eso, pero nunca creí que él estaría metido en algo como esto.
El tal Cochi chasquea la lengua y se aleja, la mujer lo sigue con la mirada y se vuelve a mí.
—Vamos, Julieta. —La mujer pone una mano en mi espalda y me ayuda a levantarme —. Voy a ayudarte a lavarte el pelo ¿sí?
Sus brazos me envuelven los hombros y me lleva hacia adentro de la casa, todo el tiempo estuve alerta de lo que podía pasar. Ella me pasó la mano por el pelo y yo me quejé.
—¿Te duele ahí? —Preguntó, mirándome, yo asentí apretando los labios por el dolor. Ella siguió pasándome el agua, pero sin tocarme. Pasé mi mano y me dio otro escalofrío por el dolor punzante que sentí en mi cabeza. Traté de ignorar el dolor para poder lavarme el pelo.
Anabela me sostuvo todo el tiempo la ducha y me ayudo en los lugares donde más me dolían.
—Avisame cuando te moleste. —Ella empezó a desenredar mi pelo suavemente. Me estremecí por lo lindo que se sentía la manera en la que me cepillaba —. ¿Te dolió?
—No, tuve un escalofrío. —Contesté seca. Ella siguió cepillándome con tranquilidad.
—Tener rulos, Julieta. —Comenta ella.
—Ya lo sé... —Dije, mi alisado se fue a la basura.
—¿Por qué te lo planchas? —Empezó a hablar.
—Porque me gusta más así. —Baje la cabeza y siento como me acomoda el pelo.
—Estás re linda, mírate. —Sonrió. Tenía una linda sonrisa, una linda personalidad, ella es muy linda como para estar acá.

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𝐕𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨: 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨 𝐒𝐚́𝐧𝐜𝐡𝐞𝐳
Fanfiction𝐒𝐮 𝐨𝐛𝐬𝐭𝐚́𝐜𝐮𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐪𝐮𝐢𝐥𝐚 𝐞𝐧 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐚𝐩𝐚𝐜𝐡𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐲 𝐚𝐩𝐞𝐥𝐥𝐢𝐝𝐨: 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨 𝐒𝐚́𝐧𝐜𝐡𝐞𝐳. ¿𝐔𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐞𝐭𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐯𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫𝐨? 𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐮́𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨...