𝐕𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨: 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨 𝐒𝐚́𝐧𝐜𝐡𝐞𝐳

CAPÍTULO 4

—Tranquila, tranquila. —La mamá de Carlos me agarraba del pelo mientras yo dejaba salir todo lo que comí en el día por el inodoro. Qué asco —. Ya está. Fue un susto nada más.

Me abrazó y acarició mi cabeza, desde donde estaba podía ver a Carlos y Danilo sentados con una cara de pocos amigos y preocupada a la vez, la cara que todos ponemos cuando nuestros papás nos retan.

—Te dejo el cepillo nuevo y una pasta de dientes para que te laves la boca ¿sí? Tranquila, ya pasó. —Me besa en la sien y yo hago lo que me dijo.

Escucho como empezó a retarlos de nuevo.

—Bueno, chila... —Se acerca el señor de rulos que había visto con ellos en la cancha el día de ayer —. Ya está, a partir de ahora no se sale más a la noche ¿queda claro?

Ojalá, mis padres, sean así para retarme, literalmente, son peor que ellos. Escupo la pasta y hago buches con el agua. Sentía la mirada de alguien sobre mí.

—¿Quién es esa chica? —Escucho al señor por mí.

—No...

—Es Julieta. —Danilo interrumpe a Carlos. Yo lo miro por el espejo —. Se llama Julieta, vino a vernos en All Boys. —Nuestros ojos se encuentran y yo desvío la mirada. Me seco la boca y voy a donde están ellos.

Pongo mis manos detrás de mí, mostrando mi timidez.

—¿Julieta, no? —La mujer se dirige a mi y yo asiento —. Soy Chila y él Segundo, somos los papás de Carlos, me contaron que los vas a ver a All Boys ¿cierto?

—Si, soy la amiga de Mariela. —Asentí y la miré.

Ella suspira.

—Ay nena... —Me acerca a ella y me abraza —. Decime el número de tus papás.

—No van a querer venir... —Confesé. Mis papás ni aunque les paguen entran a este lugar, chila pareció entenderlo.

—Vos no vivís acá. —Adivinó —. ¿Vos como llegaste?

—Quería conocer... vivo acá en Tres de Febrero, puedo irme en tren. —Dije y ella negó.

—No, voy a llamar a tus papás ¿sabes su número? —Se acerca al teléfono. Empiezo a dictarle el número y cuando lo hago me acerco a donde están los chicos.

—¿Vivís en Tres de Febrero? —Carlos levanta la cabeza.

—Si, no es tan lejos. —Sonreí un poco.

—Si, me llamo Adriana, está Julieta en mi casa. —Habla la mamá de Carlos.

—¿Vos sos de la que hablan? —Vuelve a preguntar el de rulos.

—Supongo que sí, no lo sé. —Miro a Danilo que estaba cabizbajo —. Yo vine ayer también.

—¿Ayer?

—Si, por la mañana. —Digo sin despegar mi vista de Danilo que levanta la cabeza para mirarme.

—¿Sos la que vió con nosotros el cuerpo del Jony? —Pregunta el castaño.

—Si... y la de vestido floreado en la cancha. —Asentí.

—Bueno, Julieta, Segundo te va a llevar hasta la estación y ahí te van a buscar tus papás. —Aclara chila.

—¿Puedo decirle algo? En privado... —Miro a los chicos, ellos se levantan y se van por una puerta.

—Si, decime. —Pone sus manos en su cintura.

—Tengo esto... —Le muestro la navaja —. Me lo dio un señor que me ayudo a ubicarme acá adentro.

Ella se pasa la mano por la frente. Suspira y se queda viendo la navaja.