Capítulo 4: Paraíso de los broches.

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"Siempre es bueno conocer cosas nuevas, experimentarlas y probarlas".

5 días después. 

Por fin, un día en que me levanto tarde y sin que mi querida hermanita Lya me levanté, me levanté tranquila y pacíficamente,  fui a la cocina y todo estaba pacífico, encontré a Lya sentada en la mesa y mamá cocinando, me senté en una de las sillas y mamá me dio el desayuno, miré mi desayuno y me relamí los labios por lo delicioso que se veía y comencé a comer, dejé de comer un momento para hacer una pregunta.

—¿Qué haremos hoy? — dije, como si no supiera que traman y yo sé que se traían algo entre manos.

—Vamos a el centro comercial, a comprarles el uniforme y lo que se les pegue la regalada gana. — alegó mamá sentándose a comer y se pone su mano libre en la frente. Ésta malhumorada y hacía que se notara mucho.

—¿Sabias de esto? — le pregunté a Lya alzando una ceja y esta asintió como comprobación.

—Apenas me levante me lo dijo. — agregó y le dio un bocado a su comida. Dí un suspiro y seguí comiendo de mi desayuno.

(...)

Terminamos de comer y nos fuimos al centro comercial en el auto de mamá, sí, vamos a un Centro comercial un domingo cuando los domingos no hay muchas tiendas abiertas, y mi madre es la «Señora dejo todo a último momento». Es una Loshaw por donde camine. Caminamos un rato largo por las tiendas hasta que encontramos una tienda donde vendían uniformes, primero buscaron el mío, fue fácil encontrar el uniforme de mi talla, solo a mi madre le quedaba como tarea buscarle uno a Lya, después de 20 minutos de buscarle un uniforme a Lya, esperé afuera, porque se estaba demasiado aburrida, en frente de esa tienda había un local en donde vendían instrumentos musicales, y cosas relacionadas, eché una mirada a la izquierda, después a la derecha viendo si mi madre me veía y con seguridad entré a la tienda. 

Habían guitarras, baterías, micrófonos, Fender, Yamaha, Truth, y más en una sola tienda. Era un paraíso. Caminé más adelante y vendían broches de bandas, famosos y cosas, era el Paraíso de los Broches, era como aquel muro de candados de París, pero con broches, claro. Tomé unos cuantos de los famosos que me gustaban; Paramore, Avril Lavigne, Green Day, Simple Plan y My Chemical Romance, también tomé uno que tenía una flor blanca muy bonita, siempre me han gustado ese tipo de flores, las pagué con el dinero adicional que llevaba y me dieron una bolsa con mis broches, caminé de nuevo al lugar donde se encontraban los instrumentos y pregunté por las baterías, guitarras, etcétera. 

Después de ver los precios decidí volver con mi madre, quien estaba afuera buscándome... supongo. Y cuando pude localizarla aparecí en frente de ella y se le notaba que estaba molesta, no me sorprendería que estuviera molesta, casi todos días es lo mismo.

—¿¡EN DONDE ESTABAS!? — exclamó mi mamá preocupada y molesta, hasta el punto de que su cara se volviera roja de ira. 

—En la tienda del frente. —dije con serenidad señalé la tienda detrás de mí, y la cara de mi madre pasó a su color natural, solté un bufido por mi parte, ésta rodó los ojos.

—Sigamos.

Me tomo de la mano bruscamente, por lo que yo me zafé de su agarre  y ella siguió caminando, fuimos a una tienda por los bolsos, yo elegí uno que era de lado él cual llenaré de los broches que compré, y a Lya le eligió una maleta, pero de Barbie, compramos los útiles escolares y las demás cosas en la lista de útiles para la escuela.

AbbeyWhere stories live. Discover now