Capítulo 32: La super mega fiesta de Dallon

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"Podemos ir a donde sea que queramos porque somos libres, somos libres.
Podemos hacer lo que sea que queramos porque nacimos jóvenes y libres, nacimos jóvenes y libres"
-Born Young And Free, Marmozets.

Al fin era viernes, día de la última evaluación antes de darnos nuestras notas la próxima semana.
Habíamos estado toda esta semana completamente estresados por las pruebas, nadie quería salir mal.
Pero al fin hoy sería la última.
—¡Hola! — exclamé con entusiasmo al ver a los chicos.
Ellos todavía no saben lo que me ha pasado, pero he vuelto a ser más cercana a ellos y la relación de antes volvió, como si nada hubiera pasado.
—¡Abbey! — exclamó Nichole al verme.
Se levantó del banco y se abalanzó sobre mí, las dos comenzamos a reírnos sonoramente mientras nos abrazábamos.
Yo quería llorar de alegría porque al fin pude verla, estaba preciosa y se le veía feliz.
—¿Todo está bien? — le pregunté bajito sin que los chicos escucharan.
—Sí, todo perfecto. — dijo seguido de una risilla —Supe lo de Holly... Y gracias, eres mi mejor jodida amiga.
—No fue nada. — esbocé una sonrisa en mi cara mientras le daba palmadas en la espalda.
Me separé de Nichole y caminé hacia donde estaba Evan, que estaba en el otro banco escribiendo algo en su cuaderno.
—Hola, Evan. — saludé con la mano.
—Hola Abs. — me saludó sin apartar la vista de su cuaderno.
Me senté al lado de Evan y luego miré de reojo qué estaba haciendo, tenía varias palabras escritas pero éste movía el cuaderno para que no lo viera.
Me quité mi bolso y lo dejé debajo del banco. miraba desde abajo a Evan y podía ver que estaba concentrado mientras con la borra del lápiz de golpeaba en una comisura de sus labios. Cuando notó que lo estaba viendo me sonrió, me acomodé en el banco y luego comencé a jugar con mis manos. Recosté mi cabeza en el hombro de Evan y me fijé en lo que tenía escrito, cuando éste se dio cuenta, cerró el cuaderno.
Siendo sincera, no sabía como hablar con Evan sobre lo de Scott, estaba molesta por eso,  pero no sabía como hablarle sobre eso. Se supone que es mi amigo, se supone que él confía en mí.
—¿Confías en mí? — le pregunté sin dejar de jugar con mis manos.
—Sí. — respondió.
—No lo haces, no me mientas.
Evan dejó de escribir en su cuaderno y me miró sorprendido.
—Sí lo hago, ¿Qué te hace creer que no?
—¿Por qué golpeaste a Scott? — le pregunté mientras lo miraba a los ojos.
—¿Qué?
—¡QUE POR QUÉ LO GOLPEASTE! ¡TE DIJE QUE NO ME HIZO NADA! — exclamé alterada.
—Abigail, yo... — alcanzó a decir antes de que lo interrumpiera.
—¡ABIGAIL TU MA...! — no me dejó terminar ya que puso una mano en mi boca y me miró a los ojos.
—Te amo. — susurró una vez estando cerca de mí.
Quitó su mano de mi boca y me atrajo hacia él para rodearme en sus brazos, formando un abrazo... Extraño.
Estaba confundida, no entendía nada.
—Olvidemos esto, ¿Sí? — dijo una vez que se separó de mí.
Yo asentí con la cabeza y lo miré con una sonrisa. Evan tomó su cuaderno y siguió escribiendo, acomodé mi cabeza en su hombro y suspire falsamente.
—Evaaan. — dije alargando la 'a'.
—¿Qué?
Esbocé una amplia sonrisa.
—¿Te la han chupado? — pregunté mientras miraba su cuaderno.
—¿QUÉ?
Tomé rápidamente su cuaderno y me me levanté del banco, me fui alejando de Evan mientras él se acercaba a mí.
—Hey. Puedo lanzarlo si te acercas. — sentencié mientras sonreía.
Busqué rápidamente la pagina y comencé a leer en voz alta.
«SIEMPRE SUEÑO CONTIGO... — dije en voz alta.
—Abbey, basta. — me interrumpió.
—CALLA.
Se acercó a mí para quitarme el cuaderno pero yo me movía rápido, por lo que no tenía oportunidad.
... SIEMPRE PIENSO EN TI...
—ABBEY PARA YA, POR FAVOR. — bramó mirándome molesto. Iba en serio.
—Lo siento. — me disculpé bajando la cara.
Dejé un dedo entre las paginas del cuaderno, Evan me quería jalar el cuaderno pero yo alcancé a ponérmelo en la espalda.
... ERES MI LUZ... — exclamé para luego soltar una risilla.
—CHARLIE, SOSTENLA. — le ordenó Evan a Charlie que iba pasando por allí.
Lo fulmine con la mirada y negué con la cabeza.
—¡VAMOS! ¡AYUDAME! — exclamó Evan hacia Charlie.
Éste siguió de largo comiendo su sandwich y Evan me fulminó con la mirada para luego soltar un bufido. Leí lo que seguía en el cuaderno y lo dije en voz alta.
... ERES TAN PERFECTA, NO QUIERO QUE TE VAYAS DE MI LADO »
—Tú lo pediste. — dijo Evan mirándome furioso.
Salí corriendo sin dirección mientras trataba de que no me siguiera, reía y reía sin parar porque Evan gritaba cosas como "¡TE ATRAPARÉ, ESTÚPIDA NIÑA!", "¡DEVUELVEMELO!", "ABBEY, TE GOLPEARÉ SI NO ME LO DEVUELVES", "¡SI TE ATRAPO, TE TOCARÉ UNA TETA!".
Cuando entré al campo de fútbol, me di la vuelta y no había rastro de él por ningún lado.
—Tonto. — dije para luego soltar una risilla.
Abrí el cuaderno y analicé el cuaderno, en los bordes estaba mi nombre escrito en todos lados, unos con corazones y otros con estrellas.
Leí lo que le seguía y luego me detuve.
—Pero qué mier... — no pude terminar la frase porque fui derribada al suelo.
Evan me estaba abrazando muy fuerte mientras estábamos en el suelo, trataba de escaparme pero se me hacia imposible porque Evan pesaba mucho más de lo que yo puedo aguantar, además de que él es fuerte.
—YA, BASTA. — exclamó mientras me tomaba por las manos.
—¡SUELTAME AHORA! — ordené.
—No. — respondió.
Me acosté en el suelo mientras trataba de que me soltara las muñecas pero no podía, éste se acomodó sobre mí y yo seguía moviéndome de un lado a otro.
—¿Sabes? No soy un tonto. Y sí, Abbey, sí me la han chupado. — dijo mientras me sonreía.
—Uno: Sí lo eres mi amor. Dos: ¿Holly te la chupó? Qué felicidad, es una zorra. Tres: Lo que escribiste es realmente hermoso. — hice una pausa mientras lo miraba a los ojos, su expresión de furia cambió a una sorprendida — Cuatro: Me alzaste la falda, espero estés contento con verme las bragas hijo de puta. — espeté molesta.
Evan bajó su vista hacia mi falda y yo lo golpee en el pecho.
—¡ERES UN... ! — no me dejó terminar porque me tapó la boca.
—Uno: Bueno, sí, lo soy. Dos: Fue una apuesta. Tres: Es un asco, no debiste haber leído eso. — lo miré desconcertada mientras que él ponía los ojos en blanco y suspiraba.
Espera, ¿Fue una apuesta?
Abrí los ojos como platos y éste me miró confundido.
—¿Estás seguro de que no tienes SIDA? — pregunté haciendo una mueca de asco.
—Abbey, cállate.
—Te lo mamo. — solté.
—¿QUÉ DIJISTE?
—Que te amo. — dije tratando de no soltar una gran carcajada.
Era divertido jugar con Evan.
Evan se retiró de encima de mi cuerpo mientras me fulminaba con la mirada, comenzó a limpiar su uniforme y yo me quedé mirando al cielo. Como si estuviera perdida.
—¿Te vas a levantar? — preguntó Evan.
Asentí y Evan me extendió su mano para luego ayudarme a levantarme de la grama.

AbbeyWhere stories live. Discover now