Capítulo 35: Esto es California, baby.

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—Abbey, despierta.

Mientras me tallaba los ojos lo primero que pude ver es a la pelirroja de mi mejor amiga sacudiendome para levantarme del delicioso sueño que estaba teniendo.

—¡Abbey! —exclamó ella.

—¡Joder ya! ¡Estoy despierta!

Me levanté de la cama de golpe y luego me voltee para cubrirme con la sábana de mi cama.

—Debemos reunirnos con los chicos. Ya tengo los pasajes y pasaportes. —me informó para luego sacar los boletos de avióm.

—Sí sí sí sí. —dije repetidas veces sin mucho interés a sus palabras.

Acto seguido me dejé caer muerta del sueño en la cama, me enrollé la sábana sobre mi cuerpo y me puse cómoda en ella.

—Ya debes levantarte.

—Y tú debes joderte.

—¡No me hables así! —exclamó señalandome con su dedo índice— Tú eres la cumplañera y por ende debes venir al viaje, holgazana.

—Está bien, mamá.

—Y al parecer ni tus maletas hiciste.

—Estaba esperando a comprar la ropa de ayer. —respondí mientras me levantaba.

—Haz tus maletas ahora mismo.

—¡A su orden, capitán!

(...)

—Por favor, si van a estar allá por lo menos conportense. —habló mi abuela Elena para luego tomar un trago de su café mientras me miraba.

—¡Claro! ¡De eso les estaba hablando! —exclamó Nichole.

En todo el desayuno Nichole buscaba agradarle a mi abuela, se notaba hasta por encima, no es que mi abuela tenga algo con ella, a mi abuela les agrada todos pero Nichole se estaba comportando de una manera rara.

—Recuerda que vamos a tener a Q allá. —mencioné mientras jugaba con el resto de la comida en mi plato.

—¿Quién es Q? —preguntó la pelirroja abriendo los ojos como platos.

—Quentin es un amigo de la familia de mi papá, él cuida la casa de verano en California.

—Quentin es un amor, todos amamos a Quentin. —añadió mi abuela.

Recuerdo aquellas vacaciones en donde nos habíamos llevado a Quentin a un merecido viaje a California porque mi padre lo invitó, Quentin es mexicano por lo tanto sabía mucho de tragos y comida mexicana —Hace unos tacos jodidamente deliciosos—, le enseñó a mi abuela algunas recetas y por eso mi abuela estuvo encantada con él... Aparte de que cada vez que mi abuela terminaba ebria, bailaba con ella para no dejarla mal, aunque a veces ella trataba de besarlo.

En fin, todos amamos a Q.

—Espero que nos cocine esas deliciosas enchiladas. Debes probarlas, es como tocar el cielo.

En eso, el teléfono de Nichole empezó a sonar por lo que se lo sacó del bolsillo de su pantalón y lo miró fijamente unos segundos para luego soltar un bufido, yo solo la miraba mientras me tomaba mi taza de café. Inhaló y exhaló aire antes de ponerse su teléfono en la oreja mirando hacia el techo, no podía escuchar lo que hablaba la persona detrás del teléfono pero algo hacía que mirara a todos lados mientras se mordía el labio inferior.

—Está bien, te amo. —respondió ella para luego quitarse el teléfono rápidamente de la oreja y tirarlo en la mesa provocando que chocara con su taza de café por lo que se sobresaltó.

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⏰ Last updated: Oct 03, 2017 ⏰

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