Laila: Los Oscuros Sobre Todas Las Cosas

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Demian me acompaña obedientemente a todas mis visitas en el reino del Oeste. Todas las órdenes que le encomiendo, las cumple al pie de la letra. No me gustó que haya hablado con Kenan, lo que sea que le haya dicho, lo cambió. Está más decidido e involucrado en sus funciones como dios, eso me alegra, pero de igual forma me preocupa.

—¿Me dirás que te dijo Kenan? —pregunto dentro del carruaje. Su mujer se encuentra dormida, ella no se ha separado de Demian desde que salimos del castillo de Tristan.

—Me dio mi propósito, me hizo ver que si sirvo para esto —responde con una sonrisa. Lo único que odio de su divinidad es que su mente se haya cerrado tanto. Para ver su interior ahora tengo que dormirlo y desenredar capa por capa su mente—. Pero ya no hablemos de ese ser, mejor háblame ¿Cuál es el siguiente paso? Que por cierto me quiero casar dentro de tres meses, me quiero adelantar para no casarme después que Seraphine.

—Hay que ser prudentes, la guerra todavía es muy reciente —digo seria—. Todavía se están reconstruyendo varias ciudades, el pueblo tiene una gran herida.

—¿Y por qué no sanarla? —Él se quita su chaqueta y se la pone a Meghan por el frío—. He hablado con Aurora para que creé una nueva era musical para el pueblo, que sea gratuito. Una distracción, pero también un pretexto para conectar con las personas. Ella causó un gran revuelo con sus últimas presentaciones. Y cuando suceda, dejarnos ver con ellos y hacer algo de caridad, que vean que sus dioses no se han olvidado de ellos.

Medito un poco sus palabras, tienen algo de sentido, calmar a las personas y sus penas.

—Me gusta ¿te encargarás de eso? —pregunto y él asiente. Él le pasa la mano por el cabello a su prometida—. Así que te adelantas a vivir juntos antes de casarse.

—La quiero sacar de su casa, conoces las trampas que hizo su padre para introducirla hacia a mí —Él mira a Meghan cariñoso—. Además, tú empezaste mucho antes con mi padre.

—Eran otros tiempos y distintas circunstancias —respondo incomoda—. Como sea, lo importante ahora es calmar los aires, no solo en el Oeste hay vientos de venganza —Miro por la ventanilla. Pasamos por un camino boscoso, la caravana es bastante larga entre personas de mi corte como los mismos guardias—. Mantener la paz es la prioridad.

—Comprendo, pero ¿culpas a la gente de no querer venganza? Se metieron a tu reino ¿y su único castigo es pagar una cuantiosa cantidad? —él alza la mirada y viéndome con arrogancia—. Castigas mejor que eso madre.

—Una guerra de esa magnitud solo traería miseria y muerte de gente inocente, sabes que odio el desperdicio. Pero el castigo llega hijo, de eso no te preocupes —le digo estirando mi mano y él la toma sonriendo.

—Estaba pensando que el concierto lo diera en el coliseo, tiene mayor capacidad de albergar a las personas. Es más barato apartarlo y lo que se diría es que, con la compra de la entrada, se estaría apoyando a las familias de los fallecidos en batalla, cosa que si sería cierta —dice con un mejor humor—. ¿Te parece?

—Solo encárgate de eso y dime la fecha para asistir e invitar a la familia —él pone una mueca—. ¿No te agradan?

—No me agrada que hayan tomado una buena parte de tu reino, dejando a mi hermana y a mí casi con migajas —comenta ácido.

—Ya hablas como tu padre —resoplo disgustada.

—¿Y es una mentira? —ladea la cabeza esperando una respuesta.

—Necesitaba tener controlada las tierras, y solo un Godness era la opción —replico molesta—. Tu hermana no me puede dar nietos o al menos no ha llegado a la solución lógica de conseguir embarazarse sin tener que acostarse con un hombre; cosa que desapruebo. Y ahora es tu deber darme los nietos para equilibrar la balanza ¿entendido?

—No te preocupes madre, que ya he empezado con esa tarea —Él sonríe malicioso y yo lo miro asesina—. Nietos son nietos, Meghan viene de una familia fértil y mi hermana ya la ha revisado.

—Otra cosa —digo acordándome de algo—. Mucho cuidado con Kenan, ni se te ocurra meterte o intervenir en sus planes —a él se le quita su sonrisa de idiota—. Te lo digo en serio, le haces algo y él no va a ir contra ti, irá con lo que amas —señalo a Meghan—. Y no podrás hacer nada contra eso.

—Me mantendré al margen —él traga fuerte y se mantiene callado hasta llegar a la capital de mi reino. Meghan se despierta después de dos horas. Ella se mantiene callada y abrazada a mi hijo, los dos hablan de trivialidades sin relevancia. Yo solo me concentro en la vista, Demian tiene razón con el tema de tomar represalias, es el reino de mi hermana, pero ¿Y el mío no se merece respeto? Siempre el reino de la luz es el que sale bien parado en todo, no tiene guerras, no tienen preocupaciones, son los que reciben mejor trato por parte de Kenan y los demás y me harté de eso.

El Juego De Los Herederos (Saga Dioses Universales VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora