Lentamente abro los ojos y un gran lobo está encima de mí.
—Por fin se despertó la bella durmiente —dice bajándose de mí. Me levanto poco a poco y observo a mi alrededor—. Avísenle a mi señora, lleva días esperando por esto.
—¿Dónde estoy? —pregunto desorientado. Intento moverme, pero otro lobo me detiene—. No me toques.
—No te muevas entonces —replica la bestia. Muevo mi cabeza lentamente, pero siento un gran dolor que se extiende por mi cuerpo. Pareciera que tuviera calambres por todos lados, intento mover lento mis manos. Sin embargo, me llega los recuerdos de Maegor torturándome y atravesando mi cuerpo con mi espada.
—¿Estoy muerto? —pregunto aterrado. Me llevo las manos a mi cuerpo y toco una pequeña hendidura ceca de mi tetilla izquierda—. No, esto no puede ser.
Me bajo del mesón y mis piernas flaquean. Pego el torso al suelo y me intento levantar. En eso escucho una puerta abriéndose.
—¡Atlas! —La voz de mi mamá llega a mis oídos—. Soy una genio, si funcionó Cosmo. Te lo dije.
Ella me levanta y me vuelve a sentar en el mesón.
—¿Cómo te sientes? Cosmo, ayúdame a subirlo —Le dice mamá a su esposo. El señor Cosmo me ayuda a subir al mesón, me mantengo sentado mientras que mi madre me examina el rostro y los ojos con un oftalmoscopio; luego procede con estetoscopio en mi pecho—. ¡Hay latidos! Esto es emocionante. ¿Cómo te sientes hijo?
—¿Qué está pasando? ¿estoy muerto? —pregunto desorientado.
—No, para nada, todo lo contrario —responde mi madre con una sonrisa—. Estás vivo y sano. No hay rasgo de fractura de ningún tipo —Ella rodea la mesa—. La sangre y el agua curativa hicieron su cometido.
—¿De qué estás hablando? —replico confundido.
—¿Te acuerdas la espada que te regalé cuando eras un niño? —Asiento—. Bueno, esa espada tenía el poder de ralentizar tu muerte en caso de ser necesario. Pero como tu hermano la aplicó de tal forma, que la única manera de salvarte la vida es convirtiéndote en un dios.
—¿Qué? —exclamo aturdido.
—Ve lento, necesita asimilar bien la información para que vaya con Seraphine —Interviene el señor Cosmo.
—¿Dónde está ella? ¿sabe de mí? —pregunto alerta. Ellos dos se miran preocupados—. Respondan por favor.
—Ella se enteró de tu muerte por Maegor —responde mi madre dejando los instrumentos médicos—. Pero le afectó de tal manera...
—Que destruyó gran parte del reino de los espectros —Termina el señor Cosmo sombrío—. Mi hijo y el señor Seth han retrocedido y han evacuado casi a cualquier criatura. Seraphine está persiguiendo a cualquiera que estuviera aliado con Maegor o con tus hermanos. Y no solo eso, también altera a los espectros capturados y los convierte en sus bestias.
—Eso no puede ser, ella no es así —replico intentando bajarme del mesón—. Necesito hablar con ella. ¿Le dijeron que estoy aquí?
—No deja que nadie se acerque —responde mi madre—. Ya varios dioses se han intentado acercar, pero empieza a pelear con ellos. Es por eso que tú tienes que ir hablar con ella, pero primero hay que prepararte. Aún necesitas recuperar fuerzas.
—Vamos a llevarlo al agua curativa, eso agilizará todo y también hay que darle una armadura —El señor Cosmo y mi madre me sacan de ese laboratorio y me llevan por varias escaleras hacia abajo hasta llegar a un piso subterráneo. El agua está en un gran pozo brillante, ellos me guían hasta el pozo no tan profundo. El agua me llega hasta la cadera, mi madre me indica que me acueste y me sumerja por completo. Obedezco a sus palabras y me acuesto por completo, el techo se ve borroso por el agua.
ESTÁS LEYENDO
El Juego De Los Herederos (Saga Dioses Universales VI)
FantasyLos hijos de los dioses mayores, se convirtieron en dioses y ahora tendrán que enfrentar las consecuencias de la guerra de los dragones. Pero no solo eso, ahora Tristan es rey de las sombras y su dios. Pero ser rey no es lo que esperaba, los traidor...