—Su imprudencia no puede ir más lejos —hablo observando la espada en mi escritorio—. Entiendo que hayan matado a Atlas, pero ¿destrozar medio reino de los espectros? Vaya, no me lo esperaba.
Levanto la espada con cuidado, está hasta reventar de magia del caos. La más poderosa y peligrosa del universo.
—¿Eres consiente que te tenemos que castigar por tu arrebato? —Le digo a Seraphine. Ella parece exhausta y débil, supongo por la extracción de su magia y sus acciones de las semanas pasadas—. Ese tipo de acciones no se pueden dejar pasar por alto, Seraphine.
—Lo sé, y acepto...
—¿Ya vio lo que hicimos los dos juntos en el reino de los espectros? —interviene Atlas, mirándome firme—. Entiendo lo que hizo Seraphine, pero los dos juntos le devolvimos la vida a ese lugar. En siglos no crecía los árboles y la naturaleza, los ríos vuelven a surgir, nuevas especies se han visto repoblar la tierra, incluso algunos espectros se han curado de sus enfermedades. Y eso se logró combinando nuestros poderes.
—Fue un milagro que otorgaste —digo dejando la espada en mi escritorio y viéndolos fijamente—. Un milagro que no estabas autorizado. Son los señores mayores que convierten a personas como tú en dioses. Tu ascensión está en duda.
—Lo sé, la señora Aryana solo quiso salvarme la vida y el señor Kenan, le dio permiso de convertirme —responde cauteloso—. Pero, de igual forma solo...
—Cállate, ¿quieres? —digo cansada y me concentro en Seraphine—. Mira, sé que tienes un gran poder, sé que el dolor de haber perdido a tu esposo debió ser la cosa más espantosa. Pero somos dioses ahora, el más mínimo arrebato emocional puede destruir el universo. Tú eres el ejemplo más reciente de mis palabras —Me rasco la cabeza—. Estoy harta de limpiar cada mierda de cada uno de ustedes. ¿Seth le declara la guerra a un poderoso aliado porque lo miró mal? Ahí va Laila a mediar y manipular para evitar más conflicto. ¿Cosmo se le fue la mano en su conquista de su reino? Laila va a arreglar la situación. ¿Luna no deja en paz a Tristan? Ahí voy como pendeja a decirle a los niños que no se peleen —Respiro profundo—. Miren, sé que ustedes tienen problemas y que son importantes. Pero por lo más sagrado que tengan, no destruyan el universo. Seraphine, haz ejercicios de respiración, escucha las canciones de tu amiga Aurora. Hace una semana estrenó su segunda era musical y es muy buena, aunque le tire mierda de vez en cuando a la familia, no me importa porque tiene razón.
»Por la forma en la que hemos actuado, nos merecemos el odio de las personas. Somos egoístas, egocéntricos y orgullosos, actuamos de tan mala forma que no es de esperar que nos declaren la guerra cada siglo. No somos los buenos, solo nos convencemos que lo somos para tapar nuestra conciencia. Aunque tenga la autoridad de castigarte ¿de qué serviría si el daño está hecho? Si lo sometemos a votación con los demás dioses, encontrarías la forma de salir absuelta. Tu padre no te tiraría, aunque su vida dependiera de ello, tus tías no lo harían, tus abuelos tampoco y agreguémosle a tu esposo. Entonces dime ¿qué tengo que hacer contigo? ¿qué tengo que hacer con esta familia? Porque de la forma que se han manejado las cosas ya no puede seguir.
Ellos se miran nerviosos y apenados. Se quedan callados por un largo tiempo hasta que Seraphine alza la mano para hablar.
—Sí Seraphine, ¿tienes algo que decir ante la clase? —respondo sarcástica.
—Entiendo lo que quiso decir, y tiene razón. Mi forma de actuar fue totalmente despreciable y créame que quiero recibir cualquier castigo por mis acciones —dice juntando sus manos en su regazo.
—Amor...
—Atlas, hablas cuando te dé permiso, no antes —digo llevando mi mano a mi frente—. Seraphine, tienes un poder tan grande y peligroso que se te otorgó porque, en mi opinión, habías demostrado que eras capaz de tal responsabilidad. Y no porque fueras capaz de soportar la locura de la magia del caos, sino también porque tenías la madures de afrontar tus acciones —Me afinco en mi escritorio—. Vas a pasar tus días retribuyéndole a los espectros todo el daño que le generaste. Porque no importa que hayan matado o lo que sea le hayan hecho a Atlas, o si son monstruos, siguen siendo oscuros y seres con vida y sufrimiento al igual que todos. La duración de tu castigo será a proporción de las muertes que causaste, es decir, por cada muerto sería un año de tu condena.
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El Juego De Los Herederos (Saga Dioses Universales VI)
FantasyLos hijos de los dioses mayores, se convirtieron en dioses y ahora tendrán que enfrentar las consecuencias de la guerra de los dragones. Pero no solo eso, ahora Tristan es rey de las sombras y su dios. Pero ser rey no es lo que esperaba, los traidor...