Luna: Del Oeste Al Sur

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Me encuentro rodeada por todos flancos. Deudas por pagar a las valquirias por el sur de mi escritorio. Reportes de mis asesores militares por el oeste, déficit económico por el este y en el norte estoy yo como nueva diosa o lo que sea que signifique eso. Intento aplicar los consejos de mi padre cuando me contaba lo que significa ser un dios, pero una cosa es vigilar a todas las personas que creen en ti y otra cosa es alimentarlos. Porque o hago una o hago la otra, pero las dos al mismo tiempo, no puedo.

Las Valquirias ya no me quieren aceptar el hierro como método de pago absoluto, quieren el pago en efectivo para reconstruir las zonas afectadas por la guerra. Los malditos dragones también las atacaron, pero no de la misma forma agresiva que a mí. Creo que la rabia que siento ahora es debido a que, nadie quiere comercializar o ayudarme debido a los destrozos de la guerra. O sea, fue a mi reino que atacaron trescientos dragones, un ejército de más de treinta mil soldados y tierras devoradas por el fuego y la muerte. ¿Qué, tu flota de treinta barcos se quemó, tu muellecito se destruyó? Hay pobrecitos, vamos a invertir trescientas mil coronas en ellos, porque lo necesitan más. ¡VAYANSE TODOS A LA MIERDA!

—¿Se puede? —pregunta la voz de Stephan desde afuera de mi oficina.

—Entra —gruño malhumorada. Él entra cauteloso y se mantiene en el medio firme.

—Vine para ver si necesitaba algo de mí —pregunta dócil.

—No, estoy bien —suelto brusca, él asiente—. ¿Cómo te fue con tus padres y Miranda?

—La aceptaron a regañadientes —responde sin emoción.

—Bien, dile que mañana me dan el permiso para comerciar con los centrales —lo único bueno de toda esta mierda—. Que vaya preparando todo, tenemos que partir antes que llegue el invierno.

—Sí su majestad —se inclina y se retira.

Lina y yo nos oponemos al bloqueo. Ella, porque la piratería aumentaría de forma demencial, el contrabando se haría el pan de cada día en el océano de todo el universo. Una situación que venía controlando y ahora todo se saldrá de control. Y yo bueno, solamente mi economía casi en su totalidad dependía del comercio con los seres de la luz. En la coronación de mi hermano, pude hablar con ella respecto al tema. Odio suplicar, pero no tenía opción. Ella lo entendió y me dijo que le diera un poco de tiempo para tramitar el permiso. Gracias a la madre (creo que ahora soy ella) que me llegó ese permiso hoy.

Con las Valquirias voy a dejar de comerciar paulatinamente, no lo cortaré de facto, pero no les voy a pagar ni un centavo. Ellas mejor que nadie saben que la economía de El Páramo es un bebé de dos años; que no es la súper potencia de mi padre que fácilmente te puede pagar el monto que le pidas. Y tampoco le pediría prestado, sería mi ruina con sus intereses. Necesito buscar un reino lo suficientemente cerca para comprar la comida que necesito para mi reino. Me levanto y voy al mapa que tengo del reino oscuro.

—Muy bien, quien está lo suficientemente cerca para mamá —digo mientras que sostengo la bola de hielo. Veo el mapa en mi mente, estoy en El Páramo; voy a irme hacia el norte donde veo el planeta de las Valquirias, hacia el este tengo a mi padre, pero bajo hacia mi frontera. Sigo el camino, no hay población hasta bastante alejados de nosotros. Las mismas cordilleras, el clima insoportable, se hace el acceso bastante complicado para traer todo por tierra. Y comerciar con el reino del Este, pese a estar bastantes meses de distancias de la capital, tengo que pagar el mismo arancel—. No, gracias.

Me alejo del reino del Este para irme al norte, tienen buenos precios, sus tierras son bien fértiles. Todo bien hasta que me acuerdo que el proceso de traslado de sus mercancías lo hacen a través de las Valquirias y ellas cobran un porcentaje bastante alto. Muevo la bola hacia el reino del Oeste, comerciar actualmente con mi hermano es una posibilidad. No tienen la misma política restrictiva como el reino del Norte, sus aranceles aduaneros no son un robo como el reino del Este.

El Juego De Los Herederos (Saga Dioses Universales VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora