II

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Cuando Yongbok subió a la carroza, sacó un pequeño pañuelo y con este se limpió el rostro, su chófer le miraba confundido, ¿Y cómo no? El príncipe llegó destrozado y con el rostro sucio, rostro que no parecía ser ensuciado por un juego.

El príncipe al terminar con su labor de limpiarse el rostro le dirigió la palabra después de unos minutos con una voz profunda y seria.

-Ni una sola palabra sobre esto a mis padres.

El chófer no se atrevió a cuestionar lo sucedido dentro de las instalaciones, para que de este modo le resultase más sencillo ocultar la verdad a sus jefes, o mejor dicho, a los Reyes.

A partir de ese día fué como si alguien hubiera retirado una venda de los ojos de Yongbok, o al menos eso pensaba él, ahora no podía mirarse al espejo sin notar cada vez un nuevo defecto en su rostro y cuerpo

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A partir de ese día fué como si alguien hubiera retirado una venda de los ojos de Yongbok, o al menos eso pensaba él, ahora no podía mirarse al espejo sin notar cada vez un nuevo defecto en su rostro y cuerpo.

Si creían que aún con todo el reino admirando su belleza Yongbok iba a superar las crueles palabras de alguien que consideraba, era "igual" a él, estaban muy equivocados, pues el pequeño Yongbok se caracterizaba por algo más: por su sensibilidad.
Y esto, no sería para nada fácil de superar.

Era obvio que algo le sucedía, su Madre, hermanas, incluso su Padre y el personal que lo atendía diariamente lo notaron.

Los reyes se encontraba en su habitación preparándose para dormir después de sin largo día, pero la Reina no se quedaría con la inquietud en su corazón sobre la situación de su único hijo.

- ¿No crees que algo le sucede a Bokie?

Su esposo dejó a un lado los documentos que estaba leyendo para observar directamente a su esposa que tenía una mirada preocupada impregnada en el rostro.

- ¿Algo cómo que?

Su esposa se levantó de la cama y comenzó a caminar por toda la habitación mientras hacía un juego nervioso con sus manos.

- Tú lo conoces... Yongbok siempre es alguien que anda feliz con todos, su sonrisa es natural y le encanta hablar con los demás, últimamente no sale mucho de su cuarto y agacha la cabeza cuando alguien le dirige la palabra, ¿No es eso extraño para ti?

Y no mentía, todos comentaban el comportamiento extraño del príncipe, además de su falta de apetito extremo.

- Bueno, Yongbok ya no es un niño, sabes que en cierta edad se presentan a cambios y comienzan a descubrirse, no te preocupes por ellos

¿Podría ser eso? Era una situación completamente extraña.

- Sí, lo pensé, pero ¿Que tal que no es eso? ¿Que tal que ocurrió algo más que lo afectó de tal manera?

Dijo la Reina mientras se sentaba frente a su esposo con el ceño fruncido. Este lo notó y decidió tranquilizarla.

- Entonces nos lo dirá, no te preocupes demasiado, él acudirá a ti si algo le pasa, cómo siempre lo hace.

Fotografía Prohibida - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora