IX

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Se despertó con el suave aroma a pan recién horneado, al abrir los ojos se confundió al estar en una habitación desconocida después recordó todo el ajetreo del día anterior. Se arregló como pudo y salió del cuarto para bajar las escaleras y seguir aquel fascinante olor.

En la cocina había un pequeño horno y de este era sacada una pequeña cantidad de pan, la chica pelinegra era quien los tomaba.
Notó su presencia y le sonrió para luego recargarse en la mesa de la cocina para saludarle.

- ¿Dormiste bien?

Preguntó mientras sacaba jaleas al parecer caseras de un pequeño almacén.

- Si, muchas gracias.

Seguía apenado, nunca había estado como invitado en una casa totalmente ajena, no llevaba ni un día de conocerlos y ya estaba entrometido en su hogar.

- No hay de que, ¿Que te pareció el pan que compraste ayer?

Frunció el ceño, estaba confundido.

- ¿El pan? ¡Oh! Olvidé comerlo, creo que lo dejé en la recámara. Iré por él.

Dijo a punto de correr por las escaleras.

- Debe estar frío ya, mejor come uno de los que acabo de sacar.

Apuntó el alimento que se veía espectacular.
Caminó hacia ella y tomó una pieza, sabía exquisito, de los mejores panes que había probado, y era mucho decir, después de todo él vivía en París.

- ¿Y? ¿Que te parece?

Preguntó Dahyun tranquilamente, sabía que había sido de su agrado, sus ojos lo decían.

- Amo el pan, es difícil encontrar uno que logre sorprenderme, pero este... Wow, está increíble, aunque... El sabor me es familiar.

Dijo con el ceño fruncido examinando la pieza de pan.

- Debe serlo, estudié un tiempo en Francia, allí aprendí algunos trucos, eres de allí ¿Verdad?

El castaño asintió mientras seguía masticando aquel delicioso pan.

- Aún así sabe mejor que varios de allá.

- Es porque combiné mis conocimientos de panadería de ambas naciones, mi panadería es muy solicitada.

Contestó la chica con una sonrisa orgullosa mientras levantaba el puño en señal de victoria.

- ¿No vas a hornear hoy?

Preguntó, la noche anterior había mencionado que tenía que hornear temprano y ahí estaba con él.

- Ya lo hice, de hecho es bastante tarde, el sol salió hace mucho.

Dijo mirando por la ventana.
Se sintió tan avergonzado que se giró rápidamente para mirar también tropezando con un gran costal lleno de harina, cayó encima de él y cuando se levantó todo su rostro y su ropa estaban llenos de aquel polvo blanco.

Dahyun volteó a verlo y trató de ayudarlo pero este se negó así que decidió ir por algunos paños para que se limpiara.

Mientras se quitaba lo que podía con sus manos por la puerta entró un castaño con lentes, se miraron y ambos gritaron del asombro.

- ¡Un fantasma! ¡Un ladrón! ¡Dahyun!
¡Seungmin! ¡Quién sea!

Gritó mientras comenzaba a aventarle cualquier objeto que se encontrara a su paso.
Dahyun salió rápidamente y observó la escena.

Fotografía Prohibida - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora