XXV

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Cuando salió del baño y encontró a Hyunjin recostado lo vió en un estado tan vulnerable como nunca antes lo había visto.
Para él Hyunjin siempre ha sido una persona fuerte y llena de luz, amigable y comprensivo, ese tipo de persona en el que puedes confiar, jamás se imaginó que alguien así de bueno hubiese pasado por todos esos hechos aterradores.
Claro que le seguía pareciendo una persona fuerte, ahora más que antes.
El pasar por ese tipo de situaciones pudo haberlo llevado a convertirse en una mala persona, a dejarse llevar por la violencia y las adicciones, a ser frío y cerrado, pero él no era así, él decidió salir adelante por su propio bien y por el de aquellos que lo rodeaban, eso era más que impresionante.
Se sentía totalmente estúpido, él afectaba a los que estaban a su alrededor por un simple berrinche, él jamás pasó por nada comparable con lo que tuvo que vivir Hyunjin y aún así, él había caído en lo más profundo.

Hyunjin definitivamente era la persona más admirable que pudiese conocer alguna vez en su vida, la persona más fuerte... Pero en esos precisos momentos lo veía en su estado vulnerable, estando allí con los ojos cerrados y cubierto por las mantas.
El simple hecho de tenerlo cerca era de las mejores dichas que ha experimentado en toda su vida, quizá la mejor que pueda experimentar en lo que le resta de ella.

Se quedó admirando su rostro pensando que este estaba ya dentro del mundo de los sueños, pero su voz lo trajo nuevamente a la realidad.

- No, aún sigo despierto, ven acá.

Obedeció a la orden y se acercó a la cama, se metió entre las mantas y se recostó a su lado.
La última vez que estuvieron así de juntos fue la última vez que se vieron, después de eso él le pidió que se fuera de su reino y que nunca volviera.
Que estupidez, eran decisiones y emociones que no lograba controlar y que en medio de sus crisis decía junto con cosas sin sentido.
Él jamás querría separarse de Hyunjin y eso era lo más doloroso, ¿Cómo podría continuar su vida sin la compañía de su querido pintor?

¿En qué piensas?

Preguntó Hyunjin en posición fetal viéndolo en medio de la oscuridad.

Pienso en que... Quiero estar junto a ti.

Hyunjin rió con ternura agitando el cabello rubio del príncipe.

— Ya lo estás ¿A caso quieres estar más?

— Si, te abrazaré.

Dicho esto se acercó más y envolvió el cuerpo del contrario con sus brazos, su rostro quedó en su cuello y lo olió satisfecho, era un aroma agradable y tranquilizador.

Tu aroma me tranquiliza, quizá esta sea la mejor solución para mí insomnio.

— ¿Tú crees?

Yongbok asintió y su respiración se fue calmando cada vez más.

Hyunjin... Yo no quiero dejarte y eso me aterra, ahora más que nunca.

Dijo en un susurro casi con llanto, aferrándose a la tela de la camisa del pintor.

— Duerme, no pienses en eso ahora.

No sólo Yongbok tenía miedo, Hyunjin también lo tenía, ambos sabían que sus encuentros se verían limitados por las condiciones de vida del príncipe, era su realidad y no podían hacer nada contra ella.

Disfrutarían los momentos que les quedaban juntos, lo harían, lo harían sin pensar en el mañana, simplemente vivirían el hoy de la manera más intensa.

El amanecer llegó y ellos seguían dormidos, ambos chicos sufrían de falta de sueño pero cuando estaban juntos dormían como en las nubes.
Yongbok se despertó y sintió calor frente suyo, seguía aferrado al castaño y eso lo hizo sonreír ya que eso significaba que en toda la noche no cambiaron de posición.

Fotografía Prohibida - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora