París, un reino cercano a Italia -el reino perteneciente a los Lee- lugar donde dominaba el arte, de donde eran convocados la mayoría de pintores destinados a retratar a las personas importantes como la realeza.
Entre las calles cerca del río sena se encontraba un taller con una puerta pequeña, una puerta que hacía lucir el lugar como diminuto desde fuera pero que por dentro era inmenso y en él se guardaban miles de obras de arte.
Los dueños del lugar eran grandes artistas, pero eran silenciosos, nadie sabía la identidad de los creadores de tan hermosas pinturas, todos conocían el pseudónimo pero no el nombre real, por eso la imagen engañosa de su taller.
Cierto día llegó una carta, una carta proveniente del reino de Italia.
" Necesito que usted y sus hombres vengan a mi reino a pintar un retrato. Es urgente.
Rey Lee
Italia"Detrás de la misma venían unas indicaciones acerca del viaje y el sitio en el que serían recogidos para llevarlos al palacio.
Después de terminar de leer la carta se dispuso a entrar a los adentros del estudio, aquella habitación más encerrada, diseñada para la concentración total del artista que trabajaba allí.
Antes de comenzar su recorrido la puerta fue abierta y con ella entró un joven junto con su bicicleta, este se encargaba de algunas entregas de pedidos simples como fotografías.- ¿Alguna nueva misión?
Preguntó emocionado al ver el sobre que el mayor cargaba casi queriendo destaparlo con los ojos.
- Si... Un retrato, es fuera del reino, nos llevará algunos días llegar allá y no podemos dejar el lugar solo.
Dijo algo estresado con la nueva petición, se trataba del encargo de un rey, no podían negarse, esto les daría más dinero que cualquier otro trabajo en París pero aún así era algo difícil y cansado.
- Puede quedarse alguno de nosotros ¿Dónde es?
Contestó el joven muchacho mientras ordenaba algunos bocetos sobre la mesa de la entrada.
- Italia
Todos los bocetos que habían sido ordenados tendrían que ser ordenados nuevamente ya que ahora estaban regados por el suelo. El joven de ojos rasgados los abrió lo más que pudo y rápidamente corrió para tomar de los hombros al mayor ahora sentado en el sillón.
- ¿¡Italia!? increíble, vamos los tres, haremos un gran trabajo, allá todo es hermoso podemos hacer más pinturas y venderlas cuando regresemos. ¿Que importa si dejamos el estudio solo? Tenemos vigilantes ¿No?
Al notar la emoción del más pequeño pensó que no era buena idea decirle que el encargo era por parte de un rey, de ser así el contrario explotaría de felicidad y se convertiría en confeti.
- Sí, los tenemos.
A pesar de ser artistas silenciosos no estaban libres de peligro, en cualquier momento podrían ser descubiertos por alguien y que ese mismo intentara robar o dañar sus creaciones, por ello tenían varios hombres encargados de vigilar el lugar, no sería un problema en cuanto a seguridad, pero el mayor se sentía como un pájaro que abandona el nido cada vez que tenía que salir de su reino, era más que nada sentimentalismo.
- ¿Entonces iremos?
Insistió agitando los hombros del contrario como si fuese un niño pidiéndole a su padre llevarlo de vacaciones.
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Fotografía Prohibida - Hyunlix
Fanfiction•¿Podría alguien prohibir que le tomen fotografías y hacer que todos le obedezcan?• El amarse a uno mismo es una necesidad, si no cumples con ello te resultará difícil desarrollarte como ser humano... Pero ¿Quién ha dicho que eso es algo fácil? Para...