VI

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La variedad de paisajes que miraba era impresionante, aquella plaza estaba rodeada de puestos de mercancías artesanales, de fuentes hermosas y de buena arquitectura.

Todo a sus ojos le parecía hermoso, las personas caminaban observando de igual manera y él sólo se limitaba a tomar fotografías de todo lo que llamaba su atención.

Entre su exploración observó a una multitud centrarse en cierto punto, al ras del camino por el que pasaban las carrozas.

Todos los presentes comenzaron a hacer ruido, hablaban a la vez haciendo la tarea de comprenderlos totalmente imposible, su italiano no estaba tan desarrollado como para escuchar ni el murmuro de los demás ni sus palabras entrecortadas.

Para salir de la confusión siguió a la gente, logrando llegar a una distancia adecuada para observar lo que ocurría. Una carroza se encontraba estacionada en el lugar y de esta salía un joven de cabellera rubia, todos se miraban asombrados ante su presencia, lucía como un personaje importante en la ciudad y sólo algo tenía claro acerca de ese sujeto: Sus ojos jamás habían presenciado a un ser tan hermoso como aquel que caminaba rodeado de guardias... y sin duda era lo más precioso que había en la ciudad.

Salió del castillo por la mañana, era el día de su regreso, respiraría aire de otro lugar ajeno a su hogar

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Salió del castillo por la mañana, era el día de su regreso, respiraría aire de otro lugar ajeno a su hogar.
Ya no podía hacer nada, ni protestar ni siquiera reclamar, después de todo él también estaba cansado de sólo ver su hogar en la mayor parte del tiempo.

Portaba uno de sus trajes color blanco y subió a la carroza que lo llevaría a su destino, el pueblo reconoció la carroza real y se acercó para saludar a cualquiera que fuera transportado en ella para saludarlo y tenían la esperanza de que el príncipe fuese dentro de ella al igual que la ventana cubierta con tela gruesa y obscura fuese abierta.

¿Quién los podía culpar? No habían visto al príncipe en años, había teorías de que había sufrido un grave accidente que lo dejaron con cicatrices enormes y horribles o que era víctima de una enfermedad que lo estaba consumiendo poco a poco, pero estas teorías fueron desmentidas por los pocos que lograban verlo, como aquellos empresarios o encargados de instituciones que eran examinadas por el inteligente Yongbok, aquellos que asistían a las reuniones privadas que se llevaban a cabo en la oficina del mismo dentro del castillo, esos mismos eran aquellos que contaban a las personas el cómo era su físico ahora, incluso llegaron a dibujarlo para mostrarlo a la gente.

A todos les parecía que el chico había crecido de muy buena manera, pero cuando Yongbok se enteraba de aquellos dibujos mandaba cartas pidiendo que los quemaran si no querían ser reprendidos... Bueno, más que peticiones eran amenazas.
¿Era extremista? Claro que sí, pero el pueblo no entendía la sensación de incomodidad que le generaba el que todos quisieran verlo.

Mucha gente decía que si las chicas tuvieran la oportunidad mínima de verlo aunque sea de perfil quedarían maravilladas y totalmente enamoradas... Y bueno, es que para todos seguía siendo un ángel, pero ya no lo era y ese era uno de los motivos del terror de Yongbok.
¿Decepcionaría a todos una vez vieran en la nueva persona en la que se convirtió? ¿Aquella que vive con el ceño fruncido y con una voz grave que asusta a cualquiera? ¿Lo seguirían queriendo?
Eso nadie lo sabe, lo único que se sabe es que el pueblo desea con todas sus fuerzas verlo.

Fotografía Prohibida - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora