La decisión

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Sarah Thompson.

Mi cabeza sufre de un terrible dolor en ella. Siento cada parte de mí mucho más pesada y las náuseas son más constantes.

Hago amagos de levantarme pero no puedo. Una fuerte luz perturba mi vista y arrugo mi rostro removiendo me en lo que parece ser el piso.

Lo último que recuerdo es la cara de Cristina y de Samanta atacando me mientras me arrastraban estando inconsciente.

No puedo creer que mis propias amigas hayan sigo capaces de traicionar me. Las personas que yo creí fieles a mí me resultaron como una carta de doble cara. Todo por arruinarme y ni siquiera entiendo por qué...

Yo nunca hice nada malo en contra de ellas y jamás lo haría. Se supone que todas eran mis amigas... Yo confíe en ellas y ese fue el error más grande que cometí.

Por eso Lexy se llevó a mis hijas. Cristina y Samanta le dijeron dónde vivo... No puedo creer lo idiota que fuí al creer que podía confiarle mis secretos a esas arpías del demonio.

Me intento levantar nuevamente y me apoyo de mi brazo para poder sentarme. La cabeza me da vueltas y el dolor es casi insoportable. Juraría que podría explotar me en cualquier segundo.

La luz en esta habitación es mucho más fuerte que las otras, casi no puedo ver nada pero poco a poco voy aclarando la vista y noto que en el centro hay algo... O alguien.

Estrujo mis ojos para aclarar un poco la vista y son mis dos hijas que se encuentran amarradas una junto a la otra. Abro mis ojos con sorpresa y cuando quiero levantarme para ir a su rescate, una cadena que se ata a mi tobillo me detiene a medio camino.

La distancia es mucha entre nosotras y no logro ni si quiera acercarme a diez pies de distancia.

Ellas me miran con lagrimas en los ojos mientras intentan removerse para poder desatarse.

—Aquí está mamá— aviso con preocupación mientras que un enorme nudo se forma en mi garganta —No pasa nada. Yo las sacaré de aquí—

Miro hacia atrás y camino en dirección a la cadena para intentar quitarme la. Lucho contra ella durante varios minutos y no logro más que desesperarme con cada intento.

No sé cuentas maldiciones he dicho ya ni cuentas veces trate de deshacer el candado. Todo lo que hacía era demasiado inútil y yo solo quería salir de ahí con mis hijas.

—No creo que eso funcione Sarah— una voz se une en el silencio y me giro para encontrar a Lexy aproximando se desde un rincón oscuro.

No me había percatado de su presencia hasta ahora. Ella tiene un llavero en sus manos con el que juega entre sus dedos.

La miro con desprecio.

—¿Qué es lo que quieres Lexy?— pregunto poniendo me de pie.

Ella suelta una risa nasal y niega divertida.

—Lo que quiero jamás podré tenerlo Sarah— dice posando con los brazos cruzados —Pero si puedo hacer sufrir a la persona responsable de no darme lo que tanto he deseado—

—¿De qué estás hablando?— interrogo asustada.

—¡Ay por dios!— chilla volcando los ojos —Haces demasiadas preguntas. Ya cállate— dice y saca lo que parece ser un teléfono de su bolsillo.

I Just Wanted To Love You (Sarah Thompson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora