Capitulo 7

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Lo que nunca supimos de ella.

Nuestros recuerdos.

—Traje algo— musito.

Arquee una ceja y saco unas pequeñas bolsas de regalo que se encontraban escondidas entre los arbustos.

Se acercó de nuevo y paró frente a mi.

—Unos obsequios—

Sonreí como tonta y me hice a un lado para dejarlo pasar.

«Estas perdida Sarah» pensé «Pero hay algo más que debes hacer»

—¡Espera!— grite exaltada. El me miró horrorizado y se detuvo —Debo hacer algo primero. No te muevas de aquí—

El asintió y yo me gire para subir las escaleras. Llegué hasta la oficina de Ian y entre en ella.

Un fuerte olor a cigarrillo y perfume me recibe en aquella oscura habitacion dónde yacen las cosas del trabajo del rubio. Arrugó mi rostro por el aroma y comenzó la busqueda en su laptop, desactivo las cámaras y regreso de nuevo con el guitarrista.

—Ahora si, ya puedes entrar—

El guitarrista paso por mi lado adentrándose al interior de la casa. Cerré la puerta detrás de nosotros y le hice un ademán para que me siguiera hasta la cocina.

Mi corazón estallará en cualquier momento mientras que mis hormonas juegan en mi contra teniendo de espaldas al mayor frente a mi.

«Avientatele»

Jamás.

«Quieres hacerlo»

No ahora.

Depositó las pequeñas bolsas en la isla y tomó lugar en uno de los bancos negros de madera.

Yo continúe el paso hasta la despensa y saque de ella dos vasos de cristal transparente. La mirada de Tom la sentí en mi nunca mientras que sacaba el jarro de agua.

A demás de la penetrante mirada, en mis labios se dibujo una sonrisa coqueta aún estando de espaldas a él.

Se lo que hace y quiere provocarme. Es un juego que tenemos desde hace mucho tiempo y así es como comienza la travesura.

El calor en mis mejillas se presenta y mis manos comienzan a temblar. Los nervios se me ponen de punta y la sonrisa por más que lo intente, se mantiene ahí.

—¿Que haces?— su voz hace presencia detrás de mi muy cerca de mi oreja al punto de rozarla.

«Trato de no perder el control» la respuesta que da mi subconsciente.

—Sirvo un poco de agua— muy por el contrario a mis pensamientos, mi patético disimulo de respuesta se delata ensanchando más la sonrisa.

Basta Sarah.

Su respiración suave y algo caliente choca con mis hombros alborotando los mechones que caen por mis mejillas.

«Relajate»

Finalizó la acción y giró encontrando me con su enorme sonrisa casi igual o mejor que la mía.

Acorta la distancia entre nosotros y me mantengo en mi sitio esperando su siguiente movimiento.

Cómo es de esperarse, sus labios se juntan con los míos y casi de inmediato nuestras lenguas se acarician intensificando nuestro beso.

No me detengo, el tampoco, continuamos el acto hasta llegar al mesón del centro. Sujeta mi cuello y ladeó mi cabeza bruscamente para comenzar a repartir húmedas caricias con sus labios en el.

I Just Wanted To Love You (Sarah Thompson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora