Lo que nunca supimos de ella.
Un corazón roto.
Marck no es tan insoportable después de todo. Creí que molestaría durante el trayecto a casa con preguntas incómodas y miradas extrañas pero resulta ser un tipo bastante agradable.
Muy educado y respetuoso. Quizás que sí exageré la situación... Solo es alguien que intenta ser amable conmigo.
No siempre puedo ser cruel con mis clientes, supongo que es la costumbre. Aunque en la mayoría de los casos, hay dobles intenciones detrás de las invitaciones por parte de mis clientes.
Algunos quieren ser abusivos y otros depravados. Tom siempre ha estado ahí para salvarme poniendo en su lugar a estos hombres devorando mi boca frente a ellos.
Y no me molestaba eso, disfrutaba de ver cabreados a los otros idiotas y mucho más cuando terminaban pagando por mi trabajo ya comenzado.
Nunca pierdo en mi trabajo.
—Hemos llegado— anuncia el mayor a mi lado. Giró mi cabeza y efectivamente, es mi casa, pero a demás del auto de Marck y el de Ian, hay una furgoneta en muy mal estado estacionada en mi garaje.
—Muchas gracias Marck—
—No se preocupe señorita— sonrió ladina y me bajo del auto.
La puerta de la propiedad es abierta casi de inmediato y me aproximó a ella con mi mejor cara de asco observando al rubio de brazos cruzados casi frente a mi.
Respira profundo.
—¿Quién es?— interroga con el ceño fruncido.
—Marck. Me trajo a casa ya que fuiste incapaz de hacerlo tu— recrimino pasando por un lado de el.
—¿Y tú auto?—
—Lo deje ya que tuve un mareo y me sentí indispuesta. Marck fue amable y se ofreció para traerme— finalizo embozando un sonrisa que borro al instante.
Observa por unos segundos más el exterior de la casa donde todavía yace el otro mayor aparcado repartiendo se extrañas miradas entre si.
Prefiero no prestarle más atención y continuó mi recorrido hasta la cocina para beber algo de agua.
No sé porque razón creí que tendría paz aquí ya que es mi casa, pero eso es casi imposible con Ian haciendo presencia y más con el extraño sujeto parado en mis bancos ajustando algo en la esquina del techo.
Miró todo el espacio y el mesón, a demás de sucio y desarreglado, está lleno de herramientas y cables por todas partes. El sujeto ensuciando con sus enormes botas el pequeño cojín de mi banco y manchando con sus manos sucias mis paredes.
Paciencia, eso es lo que necesito ahora mismo.
Aprieto mis labios por un segundo y suelto un suspiro de frustración, me giró en busca del rubio para que pueda darme una buena y justificable explicación.
—¿Quién es ese tipo?— interrogo confidente acercando me a el.
—Oh, hablas de Ernesto— comentá sonriendo —Esta instalando las cámaras de seguridad—
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I Just Wanted To Love You (Sarah Thompson)
De TodoNunca fuiste merecedor de tantas mentiras, tampoco de tanto sufrimiento y aún que todo fue a causa mía, quiero decirte que siempre serás mi gran amor, en esta vida y en las demás, porque mi corazón roto siempre necesitará de tus solos de amor y aunq...