Una realidad dolorosa.

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Navidad.
Sarah Thompson.

Bien. Admito que no esperaba volver a ver a mis otras amigas de la adolescencia. Tampoco que fuese precisamente en este lugar y me sentí muy incomoda. Amanda es mi amiga, pero no me agradó la idea que haya ventilado mi vida con ellas...

No es como si fuesen malas personas, pero me hubiera gustado algo más de respeto o que al menos me lo hubiera consultado antes de traerlas. Pero ya están aquí, y debo cambiar mi mala cara antes de que se terminen de desanimar por mi reacción.

—¡Quería que todo fuera especial!— comenta la rubia aún emocionada.

Yo intento sonreír pero no me sale más que la sonrisa de un asesino en serie que le gusta tortura especialmente a mujeres de cabellos rubios y ojos verdes.

—¿Y planeaste esto en tan solo unas horas?— mi pregunta sonó más como una ofensa para ella.

Su sonrisa se borró de inmediato y hundió la cabeza entre sus hombros. Me acerque a ella, todavía con ganas de insultar la y la tome del brazo separando nos un poco de los otros dos fantasmas que nos miran con sus rostros pálidos y horrorizados.

—¿No te dije que no le contarás a nadie?— pregunté apretando bruscamente el agarre en su brazo —Amanda, no tienes idea de lo grave que sería si mi existencia sale a la luz. Bastante hago con mantener un bajo perfil y las cantidades de dinero que mi padre a pagado para callar a la gente no podrías devolverse lo nunca si sigues abriendo la boca con todo aquel que haya formado parte de nuestra adolescencia— a penas me di cuenta que Amanda me miraba como si cada una de mis palabras fueran como dagas clavadas directamente en su pecho.

Deshago rápidamente el agarre y respiro profundo. Tampoco quiero hacerla sentir mal. No son malas sus intenciones, se que en el fondo quiere revivir aquellos momentos y vivir muchos más... O al menos los que faltaron debido a mi repentina ausencia de sus vidas.

—Escucha— la tomo de las manos suavemente —Estoy feliz de verte y eso no quiero que lo dudes, pero debiste haberme consultado al menos antes de decirle algo al respecto—

—Lo siento mucho— baja la cabeza arrepentida —Crei que sería una gran sorpresa para tí estar todas de nuevo juntas— murmura.

—Y claro que esa idea me alegraría, pero no deben ser así las cosas Amanda. Ya no tenemos dieciocho años, somos adultos y como adultos debemos hablar las cosas antes de darle pie a cualquier idea loca—

La rubia mantiene su cabeza gacha y asiente con arrepentimiento.

Que complicado se ha puesto todo. No puedo ser una mal educada ni tampoco una bruja con ellas... Después de todo fueron mis amigas cuando éramos más jóvenes. No puedo hacer más que recibirlas...

Amanda levanta la cabeza y me dedica una mirada significativa. Está claro que ya no sabe que hacer y como mamá Sarah que soy, tengo que actuar.

—Bien— me rindo y ella sonríe —Pero solo por esta noche— le advierto señalando la.

Tomo una bocana de aire y me mentalizo la bombardeada de preguntas que me echaran estás otras dos y la cantidad de explicaciones que tengo que dar. Me giro y embozo una sonrisa cálida.

La castaña y la morena siguen aturdidas al verme acercarme a ellas.

—Hola chicas— musito tímidamente.

I Just Wanted To Love You (Sarah Thompson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora