Capítulo 9 - Ducha

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Jiwoo me hizo uno de sus tradicionales baños de relajación, con algunas plantas, pétalos y raíces. No tengo la menos idea de dónde lo aprendió, pero siempre ha funcionado cuando estoy estresada. Así que bendita sea la persona que me enseño eso.

Me dejó sola para poderme relajar tranquila, aunque, antes de irse coloco música para poner ambiente así que, yo ya me estaba relajando. Me quite mi maquillaje, me puse mi pelo en una cola alta para no mojar lo, no quería que se me esponjara a estas horas. Al quitarle la ropa, me ví en el espejo, se notaba que había subido de peso, me sentí mal por eso.

Me senté en la tina, disfrutando del agua caliente y de las burbujas, además del olor a lavanda. Jiwoo sabía darme en el clavo. Me puse a jugar con las espuma un rato, desde hacer formas hasta ponerme lo y hacerme a mí peinados. Me la estaba pasando bien yo sola, por primera vez en mucho tiempo.

- Park Chaewon.  -levante una ceja al escucharla adentro de mi habitación.-  ¿dónde estás?

- ¿Por qué entras a mi habitación sin avisar?

- Sal del baño, necesito hablar contigo.  -solte un suspiro.- o entro.

- ¡NO! Estás loca, ahorita salgo.

Le puse pausa a la música, jale mi bata y me la acomode al rededor de mi cuerpo, ocultando lo que tenía que ocultar.

No sabía porque Hyejoo estaba enojada, quizás por lo que hablamos en el orfanato.

Al estar lista abrí la puerta, ahí estaba ella, recostada a la pared y viendo hacia el techo con su típica cara sería. A veces pensaba que ella no tenía otra cara, la mayoría del tiempo ponía esa cara, no importaba el lugar o el momento.

- ¿Por qué interrumpes mi baño?

- ¿Qué ganas haciendo esto?  -estrello unos papeles en mi pecho, yo los tome y los leí.-

- Yo no hice nada de esto.

- No te creo nada. Casualmente sale este contrato cuando viste que yo estaba acostando me con la otra escolta, así que no, dudo mucho que alguien más fuera.

- Yo no lo hice, no le dije a nadie.

- ¿Por qué te encanta joderme la vida?, Siempre miras la manera de menospreciarme, de hacerme a un lado o hacerme sentir menos.

- Y-yo no hago eso.

- ¡¿No?! Entonces que paso en el orfanato.

Me quedé unos segundos en silencio. Ella me había entregado un contrato para los escoltas, en una de sus principales cláusulas aparecía que no podían salir o mantener relaciones sexuales entre ellos. Yo no había comentado nada al respecto, me costó contárselo a Jiwoo, como para ir a divulgarlo a otros lados.

- Yo no dije nada, no me importa si no me crees. Esea es la verdad.  -me iba a volver a meter al baño, pero ella lo impidió y me agarró de la muñeca.- Suéltame.

- No. Siempre terminas tu primero las conversaciones, ¿crees que porque eres la heredera puedes tratarme así?

- No quiero discutir contigo algo sin sentido, así que suéltame.

Me tiró de la muñeca, puso mi espalda contra la pared en cuestión de un segundo, tomando una posición desafiante e intimidatoria casi sobre mí.

Nunca había tenido problemas con Hyejoo por ella ser alfa, si quiera podía olerla. Así que me asusté mucho cuando me arrinconó, aunque fuera mi escolta y la conociera de toda la vida, yo no sabía que era capaz Hyejoo en esa posición. Sus hojos se tornaron negros, sentí su olor más fuerte y a mí me tembló todo.

- No creas que no voy a gritar.

- Nadie te va a escuchar, soy la guarda de esta área, lo sabes.  -acerco su cara a la mía.-    Solo dame una razón.

- No.

- Entonces dime cuál es tu afán de contradecirme y ser tan arrogante conmigo.

- Son mis cosas.

- ¡Dime!

- Yo nunca te causaría daño en el trabajo, sabes que no confío en nadie más para que me cuide, además que nadie me conoce tan bien como tú.

- ¿Entonces? Acepto que me odies y me detestes, créeme, el sentimiento es mutuo. Pero deja de interferir en mi trabajo.

- Yo no hice nada Hyejoo. Me importa poco con quién tienes sexo, no te creas tan importante para que me desviva haciendo reglas solo por eso.

Se alejo de mi, ella soltó un suspiro antes de arreglar su cabello y volver a verme.

- Deja las indiferenciado de lado cuando estemos afuera de las habitaciones, lo que hiciste hoy estuvo mal.

- No es mi culpa que tú siempre seas tan odiosa, así que no me regañes solo a mí, cuando el problema eres tú.

- Y ya vas a empezar.

- ¿Yo? Te recuerdo que estaba muy bien en mi baño sin pelear, tu fuiste la que vino buscando pelea.

- Vine a buscar respuestas, no pelea. Contigo nunca se puede.  - se acercó a mi nuevamente, haciendo que yo me pegara totalmente a la pared.-  vuelves a interferir en mi trabajo y juro, escucha bien, juro que la próxima vez que tengas reporteros al rededor, yo no te cuidaré la espalda.

- No juegues con eso, sabes que le tengo pavor.

- Pues mejor, así te queda claro lo que digo. Podrás ser la próxima gobernante del reino, pero la que manda en tu seguridad y tu imágen soy yo, que te quede claro.

- ¿Ahora te importa mi imagen?

- No, pero si hablan mal de ti es porque yo estoy haciendo un mal trabajo. Y yo nunca hago un mal trabajo, así que no dejaré que hablen mal del apellido Son solo porque la princesa heredera está de rabieta.

Sentí un ardor recorrer mi cuerpo, odiaba cuando ella me criticaba, cuando quería lucir tan correcta en frente mío. La tomé del cuello de su camisa y la pegue contra la pared en la que yo estaba arrinconada, cambiando la posición. Ella era más alta, se notaba la diferencia, pero eso no importaba, cuando de querer meterle una cachetada trataba.

- Tienes trabajo gracias a mí, no te creas tan especial tu tampoco. Me importan poco tus premios, si no fuera por tu don familiar, apuesto que no serías nadie.

Si las miradas matarán, la habitación estaría llena de sangre.

La iba a soltar para irme al baño nuevamente, pero no puede, no pude moverme ni un centímetro cuando sentí sus dedos agarrar mi cintura con fuerza. Su cabeza se acercó a la mía sin dejar de verme con ese odio, pero esos ojos dejaron de ver los míos y su odio paso a manifestarlo en mis labios.

Nunca había besado con tanta intensidad a nadie.

Entre Espadas y Coronas //Hyewon//G!P//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora