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Conocerte pudo ser cuestión de suerte o de coincidencia. Aunque yo prefiero interpretarlo como un obsequio que me dio la vida.

~

Alisté las cosas que iba a usar con mucha fuerza.

Tenía nervios y mi estómago estaba exageradamente sensible a cualquier cosa que pensaba. Por un momento tenía muchísimas ganas de arrojar y estaba segura que tenía la presión elevada.

Caminé algo lento hacia por los nervios que sentía. Iba a ser nuestro primer acercamiento y no quería arruinarlo.

Sabía que debía tocar tu rostro y de cierta u otra manera cuidarlo pero los nervios me estaban haciendo trizas.

Odié un poco ser así de tímida y avergonzada.

Llegué a la sala y te vi sentado con la cabeza hacia atrás, parecías cansado.

-H-ola...

-J-Jirou-san hola... Oye... Traje Doritos y unas sodas de fresa

Ya mejor bésame.

-Wao... Mmmm... ¿Primero comemos? ¿O ya después?

-Tu me haces esas cosas en mi rostro y vas comiendo porque la verdad no tengo hambre... Comí mucho en la cena

Era obvio... Tragarse como un cerdo.

-Si no hicieras ejercicio serías un obeso... - reiste y me sentí algo afortunada saber que te podía sacar una sonrisa

-Lo primero que necesito es que te laves el rostro con agua caliente... Ya de lo demás yo le encargo - le dije eso sacando mis cosas y abriendo una bolsa de Doritos

-Oh está bien...

Busqué algo de música en mi celular para poner algo de ambiente. Además que me metí unos Doritos a la boca.

Tenía muchísimas canciones y la verdad es que no me podía decidir por cual.

No sabía de tus gustos y tenia miedo de que lo que ponga te desagrade y huyas de mi al instante.

-Esa! Esa me gusta! - gritaste desde el baño

Era la canción Mr Jones cantada por Michael Bublé.

Dios amaba esa canción, pero pensé que sería demasiada lenta para este ambiente.

Pero tal parece que a ti también te gustaba y eso me dio el valor que estuve buscando porque los nervios ya me estaban por ganar para serte sincera.

Vi que saliste del baño y que estabas a nada de secarte el rostro.

-No! Así no!

Grité y fui hacia ti como si mi vida dependiera de eso.

-Tienes que sacarte el rostro en toques. Jamás arrastrando la toalla por tu rostro... - y te quiste la toalla y comencé a hacerlo yo misma

Te veías confundido pero luego me comenzaste a dispararme con aquellos orbes esmeraldas que tanto amaba.

Yo no sé leer a la gente. De hecho siento que soy una niña inmadura en todo el sentido de la palabra, pero al ver como me mirabas sentí que muy aparte de que sentías gusto por mí, también estabas exhausto.

-¿Te dije hoy que te ves hermosa?

Eso me agarró con la guardia baja...

Sin embargo a quien quiero engañar... Así habría estado preparada, hubiera caído ante un halago así de la nada.

-N-no...

-Oh pues lo siento... Te ves muy hermosa hoy Jirou-san...

¿Como se supone que deba responder a eso?

Debo decir ¿Gracias? ¿De nada? ¿Solo callarme?

Dios necesito un manual para esto.

-N-no sé que decir...

-No digas nada... Solo estás hermosa y ya. Es algo que no se puede cambiar... Naciste bella y así se queda

Estoy segura que mi alma se fue de mi cuerpo por un instante.

-M-me avergüenzas...

-Es mi trabajo. Estamos saliendo al fin de cuentas...

No sé en qué momento pasó todo esto...

No sé en qué momento te volviste un máster en coquetería...

No sé en qué momento dejaste de ser tan tímido...

Y por supuesto que no sé en qué momento deje que te adueñaras de mi corazón.





Nos leemos en la próxima.

Cuando sepas de mí ~IzuJirou~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora