Destino en el tiempo

Capítulo 62: Destino en el tiempo Arco 2: Parte 18

¿Una mujer? ¿Ese monstruo en forma de hombre fue derribado por una mujer desarmada?

Toda la idea era absurda a los ojos de Hengist y aún más para los hombres que lo siguieron. Allí, justo frente a ellos, estaba una Mujer Noble vestida con un vestido majestuoso de lujoso azul y franjas doradas y blancas, mirándolos con una mirada penetrante. El color de sus ojos era un profundo tono verde azulado, las curvas de su cuerpo perfectamente delineadas por la seda que vestía, pero en términos de armadura, estaba prácticamente desnuda.

Parecía como si perteneciera a una sociedad de clase alta y no al violento escenario de la guerra. Los cadáveres cubrían el suelo mientras charcos de sangre llenaban el aire con el olor acre del hierro y ni siquiera se estremecían.

Era la primera vez que Hengist o cualquier sajón veían a una mujer así. De hecho, si hubiera estado vestida con un plato completo y hubiera poseído las alas de los mensajeros del Valhalla, entonces tal vez podría haber sido una Valquiria.

No, espera.

Los ojos de Hengist se entrecerraron.

El rostro le resultaba familiar a pesar de que el cabello estaba peinado de manera diferente.

Ya no se mantuvo en un moño, sino que ahora se dejó caer libremente detrás de ella. Era cabello del color del trigo y una expresión y complexión que Hengist estaba seguro de haber visto antes.

¿R-Rey Arturo?

Hengist se dio cuenta a los pocos segundos. Era imposible que no pudiera reconocer el rostro del adversario que llevaba más de cinco años impidiendo la colonización sajona del país.

Ese guerrero feroz con la espada que brillaba con la luz de las estrellas, ¿era una mujer?

Hengist no era un individuo que despreciara a las mujeres, ni tampoco la mayoría de sus hombres. Después de todo, las respetaba simplemente porque las mujeres tenían sus propios campos de batalla. No era una vergüenza que una mujer cuidara de la familia y la mantuviera estable. En verdad, era loable y, a su vez, el hombre evitaría que la mujer alguna vez pusiera un pie en el infierno que era el campo de batalla. Una flor que era hermosa no debía ser mancillada ni pisoteada, razón por la cual los hombres exhibían sus formas más fuertes al proteger a sus seres queridos.

También era cierto que los hombres morían por motivos de ambición o ideales, lo que hacía aún más importante el papel de la mujer para velar por la familia.

Ver a una mujer en el campo de batalla fue un shock para muchos sajones y caballeros por igual, pero fue sólo por un momento fugaz. Hombre o mujer, los únicos que estaban en el campo de batalla eran aliados o enemigos.

En este caso, ni el aliado ni el enemigo tuvieron prioridad.

"Distráelos", Hengist inmediatamente dio una orden y se retiró directamente del asalto. Ya conocía sus prioridades actuales y no se dejaría engañar por su necesidad de luchar contra un enemigo digno.

Se dirigió en la dirección donde Shirou había arrojado el Gungnir y el Mjolnir, y rápidamente desapareció de la vista detrás de las filas de los otros sajones.

Mientras tanto, Shirou apenas se estaba poniendo de pie después de que Arturia lo golpeó contra el suelo. Él la estaba mirando como si le hubieran hecho daño y, por un breve momento, incluso las bolas de fuego que caían del cielo cesaron temporalmente.

'¡Qué carajo está haciendo esa mujer!'

Arturia podría haber jurado que escuchó a alguien gritándole, pero lo dejó en el fondo de su mente.

En retrospectiva, se sentía algo avergonzada por hacer tal cosa en medio de la batalla, pero una parte desconocida de sí misma sentía una sensación de alivio y satisfacción aún mayor. Además, estaba justificada. Por tanto, no era necesario detenerse en el tema. Shirou siempre había estado diciendo últimamente que él era duradero, por lo que ella lo había golpeado sin restringir ni una pizca de su fuerza mágica.