Destino en el tiempo

Capítulo 74: Destino en el tiempo Arco 2: Parte 30

Gawain, Caballero de la Ronda y la estrella que más brilla al amanecer del día. Su fuerza era incuestionable y su reputación incomparable entre la población. Se decía que sólo él era igual a Lancelot en batalla y fortaleza. También era el hermano mayor de Gareth, quien era escudero de Lancelot, lo que irritaba muchísimo a Gawain. En su opinión, Gareth habría estado bien con él como su Caballero guía. Honestamente, no podía ver lo que su hermana pequeña vio en Lancelot para seguirlo y creer en él con tanta devoción como para rechazar su oferta de aprendizaje. Quizás nunca lo haría, pero eso no le impidió evaluar amistosamente a Lancelot cada vez que se encontraban. Ahora, si tan solo Gareth pudiera entender la pista de que solo lo estaba haciendo para asegurarse de que Lancelot fuera lo suficientemente fuerte como para protegerla en lugar del hecho de que el rostro de Lancelot lo molestaba por dentro.

De todos modos, lo que importaba era que Gawain se preocupara profundamente por su familia. No sabía qué haría si alguien alguna vez asesinara a sus parientes. De hecho, sintió que incluso había dejado de lado su racionalidad sólo por el puro rencor que albergaría. Esta era una razón más por la que tenía que asegurarse de que aquellos que luchaban junto a él y su familia fueran lo suficientemente fuertes y calificados para protegerlos de cualquier daño.

Arturo, no; Era Arturia ahora era un caso especial. Ella era su familia, pero al mismo tiempo, el Rey, no la Reina, a quien él había prometido lealtad. Nada cambió incluso si ella ya no fuera Rey. Todo lo que él quería era lo mejor para ella. Había perdido a un hermano de armas, pero a cambio, había ganado otra hermana a la que insistía en proteger.

Gawain sacó su espada y apuntó desafiante hacia Shirou que estaba frente a él.

Gawain era la encarnación del Sol, bendecido por las virtudes del dios de la música, Apolo. No importa dónde estuviera una persona, siempre que su luz pudiera alcanzarla, la protegería según sus juramentos.

Arturia era especial, y Gawain sintió que era su error personal el que nunca se había dado cuenta de lo que debió haber estado pasando Arturia en su ignorancia. Ella merecía ser feliz. Ella merecía poder dejar de lado su fachada sin emociones y sonreír cada mañana al darse cuenta de que la vida era hermosa; que la guerra, el derramamiento de sangre y la violencia no era todo lo que la vida tenía para ofrecerle, incluso en los tiempos de la invasión sajona.

Ella nunca había tenido la experiencia de crecer como mujer y Gawain sabía que no todos los hombres tenían las mejores intenciones. Había visto a hombres de inferior categoría estafar a mujeres para llevarlas a una vida de indigencia y mentiras, sólo para quedarse atrás después de una sola noche de intimidad.

La querida Arturia era inocente. Ella no lo sabía mejor. ¿Cómo podía determinar la verdad de la devoción de un hombre simplemente a través de susurros y promesas? Había escuchado relatos de mujeres que fueron descarriadas por sus corazones para tomar decisiones estúpidas, y estaría condenado si alguna vez permitía que Arturia se metiera en tal situación. Ya había visto la expresión en el rostro de Gareth y sabía que la había perdido por culpa de Lancelot, pero por más irritante que pudiera ser Lancelot, Lancelot ya contaba con el reconocimiento silencioso de Gawain.

En cuanto a Arturia, incluso si Gawain pudiera ver que se estaba ganando su ira, no daría marcha atrás en su desafío, tanto por respeto a sus sentimientos personales como por otro asunto que aún no había revelado.

"Saca tu espada", hizo una seña Gawain.

Frente a Gawain, Shirou estaba con Mordred y Arturia, quienes parecían estar a punto de reprender a Gawain por su comportamiento y falta de respeto. Sin embargo, Shirou no vio las acciones de Gawain como una forma de falta de respeto hacia él. En cambio, todo lo que pudo ver fue la voluntad de un hombre que valoraba a su familia por encima de todo.