Cap 10. Gata rompe hogares.

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MATÍAS LOREN
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Corrí al otro lado del auto para abrirle la puerta a Robín mientras recordaba con un dolor agudo como giró su rostro ante mi pregunta.

No me dolió tanto.

Tenía los labios apretados y respiraba con lentitud para calmar mi tristeza.

Planeaba llevarlo al departamento que mis padres me regalaron por mi cumpleaños 20.

Ya que Robín sentía vergüenza de llegar a la casa de mis suegros.

Alguien se plantó frente a mí al llegar y lo reconocí de inmediato.

Era Lucas.

—Ya vuelvo, hablaré con un viejo amigo. —Le di un beso en la mejilla y una pequeña mirada de dulzura mientras abría la puerta con manos temblorosas.

—Matías. —Los ojos cafés de Lucas se iluminaron y se acercó a mí tan pronto y como salí del auto.

—Habla, rápido.

Me detuve para dejar una distancia entre nosotros y miré hacia el auto.

—Lo siento. —Bajó el rostro y apretó sus manos con la voz rota.

En el pasado ese tono de voz me habría llevado a tratarlo con cuidado.

Ya no puede suceder.

—Te perdonó, si de esa forma te quitas esa carga que hace que me sigas molestando.

—¿Podemos volver a lo que éramos antes? —Sus ojos me suplicaban un sí lo cual me hizo sentir irónico.

Sonreí con burla y él pareció malinterpretarlo porque se emocionó.

—Talvez, si hubieses pensado antes de hacerme lo que hiciste.

Se lanzó hacia mí y trató de darme un beso, lo empujé y giré hacia el auto para asegurarme de que Robín no nos estuviera viendo, pero para mi mala suerte no podía ver por las ventanas.

Ese vidrio es una maldición y una bendición combinada.

Lucas era el hijo del director.

Yo era el novio del hijo del director.

Nuestra relación fue un secreto desde el principio, esperaba a que Lucas tuviese el valor para presentarme frente a su familia ya que la madre de Lucas los abandono por una mujer y su padre se había vuelto un homofóbico sin reparo.

—Te dije que no, es el cumpleaños de mi papá. No es la ocasión para presentarnos.

—Lo entiendo. —Lo abracé por la espalda y sonreí mirando nuestros trajes en la tienda.

—¿Y si usas una corbata que luzca con mi traje?

Salté de emoción y le di un beso en la mejilla con felicidad por la sugerencia.

Caminé nerviosamente por la puerta para adentrarme a aquel ambiente del que quería formar parte de una manera diferente a la que lo estaba haciendo.

En medio de la fiesta Lucas me hizo algunos movimientos con su rostro para que lo siguiera.

Lo hice encantado.

Él se quedó en la barandilla mirándome con una sonrisa, me acerqué con pasos rápidos y de inmediato me beso.

Llevé mis manos a su cintura para sujetarlo mejor, pero me empujó con fuerza de la nada.

—¡Aléjate de mi!

Un caos desastrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora