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ROBÍN NIAN
_________________Desperté debajo de un árbol desconcertado, a la distancia frente a mí varios grupos de personas jugaban golf sobre un campo de un verde claro e intenso, riendo entre sí; la brisa fresca, pero calidez en el ambiente me ayudaron a que despertará, aunque mi mente no parecía haberlo hecho del todo y aún había confusión ya que no recordaba cómo había llegado ahí.
Pero cuando una risa proveniente de un chico de cabello rubio resonó por el lugar y esos ojos azules me vieron con burla, no dudé en comenzar a correr, ignorando que mis piernas parecían no seguirme al pie de la letra.
Nadie me persiguió y él apenas me lanzó una mirada, corrí por el lugar que parecía un club deportivo con varios sujetos con insignias y trajes de cada juego divirtiéndose sin prestarme atención.
—¿Es un chico nuevo? —preguntó un hombre con una gorra blanca y un aspecto mayor adornado de brillantes canas que sobresalían de sus peludos brazos.
—Todos siempre hacen lo mismo —contestó otro.
—¿Será menor de edad?
—Espero que sí.
Giré para encontrarme con Oliver quien imitó mi cara de horror abriendo los ojos y replicando el suspiro para después reír.
—Supongo que tu instinto de supervivencia es tan pequeño como tu cuerpo, aunque me gustaría pensar que eres inteligente y descubriste que nadie iba a ayudarte.
—¿Dónde estamos? —cuestioné con cautela.
—En un centro de juegos —estiró los brazos y miró hacia arriba con una sonrisa siendo bañado por los rayos de sol.
—¿Cuántos años tiene? —se acercó uno de los hombres mirándome sin despegar la vista.
—Martí —dijo en un tono regañón e irónico —Eres un sucio bastardo.
—¿Lo soy? —se rio y Oliver también.
Sentí ganas de vomitar y llevé las manos hasta mi estomago tratando de aliviar los mareos que aparecieron.
—No sé cuántos años tiene, pero no puedes tocarlo. Es mío.
—¿Tuyo? ¡Vaya! Ahora siento más curiosidad sobre este chico.
—Hace mucho tiempo alguien me robó y ahora estoy cobrando la deuda.
—¿Un hijo?
—Es su novio, si le hubiese importado el dinero no tendría que haber usado a este chico.
—¿Qué te robo?
—A mi familia.
—¡Mentiroso! —grité al entender que hablaba de Matías— Él nunca haría algo así.
Oliver le hizo una señal al hombre y este se alejó no sin golpear mi trasero con el palo de golf mientras se reía junto a los tipos a lo lejos que nos miraban.
—¿Sabías que unos tipos venían a preguntar por mis padres cuando era niño y se nos había dejado en claro que no debíamos decirle en donde estaban?
Se me enfriaron hasta los pecados del horror.
Me cubrí la boca y le miré.
—Cómo el niño dorado era tan divertido e ingenioso y mi madre lo adoraba, me obligaban a convivir con él cuando mis padres se escondían. Un día un camión de helados llegó a casa y él idiota salió— Oliver se reía— el heladero preguntó por mis padres y Matías les dijo el lugar exacto en donde estaban.
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Un caos desastroso
Science FictionRobín Nian es molestado por sus compañeros de universidad, cansado decide vengarse de ellos suscribiéndolos a revistas gays y subiendo su información en internet. Todo marchaba según sus planes hasta que un extraño comienza a dejar notas en su casil...