Cap 11. Borrar rastro de otros

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ROBÍN NIAN

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Me alejé con lentitud de Matías y buscaba en sus ojos una respuesta a las palabras del chico.

¿Es verdad?

¿Me duele? Por supuesto.

A cualquiera le dolería ser un juguete.

Matías tomó mis manos y lo observé esperando que contestará a mis dudas antes de actuar sin tener certeza de si estaba dejándome llevar por una sola versión o talvez estaba siendo tonto al tener esperanza en que él es diferente y realmente todas sus acciones si coinciden con lo que siente.

Que no soy ningún juego para él.

_No es lo que piensas.

—¿Quién es él? —pregunté manteniendo la calma, pero extrañamente adolorido.

Antes de que abriera la boca para contestar, fui aturdido por un fuerte dolor proveniente de mi cabeza.

Me habían tomado del cabello con fuerza y estaba siendo arrastrado bruscamente, logrando escuchar un crujido de algunos cabellos siendo arrancados.

—¡¿No me escuchaste?! ¡Es mi novio!

Por poco caigo al suelo mientras intentaba quitar sus manos

—¡Suéltalo!

Un alivió ante el dolor apareció cuando Matías me liberó de esas manos y me apresó envolviéndome con uno de sus brazos.

—Matías, explica. Ahora mismo —ordené tocando mi cabeza con el rostro serio.

Confió en que me dirá la verdad.

_Robín_ Acarició mi rostro y negó con la cabeza_ Eres el único ¿Crees que me tomaría el tiempo de engañarte?

—No lo sé, tú dime.

—Claro que no, en verdad voy en serio contigo. —Su voz se rompió un poco con lo último.

¿Por qué tanto esfuerzo si no le gusto?

¿Por qué elegiría a un simplón como yo para jugar?

Ambos se veían muy nerviosos y estuve analizando la situación por el minuto más largo de mi vida, pensando en si ser un confiado o creerle a un desconocido.

_Te creo.

—¿Qué?

Matías y el chico hablaron al unísono con mucha sorpresa ante mis palabras.

Matías se había robado algunas de mis cosas y su historial era sobre amarres para nerds, por cierto, la contraseña de su teléfono es mi cumpleaños.

Me registró como "mi novio pecoso".

Si no me ama al menos debe tener una ligera obsesión conmigo.

No puedo fingir que no veo esas señales, no cuando últimamente me siento extraño alrededor de Matías.

Nos acostamos. Él... tiene una marca de corazón en su espalda que tú en definitiva no conoces —dijo furioso e intentó acercarse a Matías, pero este lo evitó empujándolo por accidente al suelo.

_¿Y eso importa?_ Lo miré con desagrado_ Me sobra el tiempo para conocer mejor su cuerpo.

Mátenme, no puedo creer que dijera esa tontería.

«Conocerlo, quería decir conocerlo a él, no a su cuerpo». Pensé mientras agachaba mi rostro con vergüenza sintiendo mis orejas y estómago calentarse.

Un caos desastrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora