Cap 25. Castígame

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ROBIN NIAN
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Había conseguido un trabajo limpiando en un hotel.

Cuando mi hermano me comentó que uno de sus compañeros en la administración hotelera, le pidió de favor recomendarle a alguien de confianza, me postule de inmediato, si la chamba era un concepto que no estaba en mi diccionario, pero al estar vetado de la universidad y con la cabeza hecha un lio, lo mejor era buscar algo en lo que pasar el tiempo.

—Robín —me llamó la directora de limpieza deteniendo mi paso por el pasillo en donde llevaba todos los productos para comenzar mi turno—, ¿no leíste los mensajes del grupo? Hoy el hotel está fuera de servicio, nada de limpiar los pisos. Ve a las habitaciones y asegúrate de que se vean y huelan bien, pero hazlo rápido, no necesita mucho solo que de la imagen de ser bueno.

—No estoy en el grupo, pero ahora mismo me pongo manos a la obra.

Tomé el carrito con una sonrisa nerviosa mirando hacia abajo a mi overol amarillo y los zapatos deportivos con bolsas que lo cubrían.

—Sabía que al ser el más joven te costaría integrarte. Los voy a reprender por dejarte fuera.

—No tengo teléfono —dije avergonzado rascándome la nuca a lo que pareció asustarse.

—Ay, muchacho, estas perdido.

Me dijeron que solo tenía que verse bien.

Pero cuando me colocó mis audífonos soy empujado por fuerzas desconocidas que me vuelven más eficiente de lo que nunca he sido.

Salí para tomar mi descanso, sentándome en el comedor con los demás.

—Como es la vida. Todos los objetos son perecederos y algún día serán basura al igual que nosotros los humanos nos volveremos polvo. Ese señor, no tenía ni un peso y a puro esfuerzo hizo un hotelito y luego fue extendiéndose y todo para nada; se murió y sus hijos comenzaron a vender todo desde las casas hasta los autos como si les estorbara, este fue el primer hotel y el menor dijo que lo iba a conservar en su memoria y ¡mira! Tenemos nuevo dueño.

—¿Vendieron el hotel? —pregunté mostrando sorpresa para verlo asentir.

—El nuevo dueño viene a visitar el hotel, hoy. Te encargo cerrar todos los cuartos con "detallitos".

Llevo muy poco en la industria hotelera, pero sé que con "detallitos" se refiere a los que no tienen calefacción, las camas son viejas y la pared está mal pintada, incluso si es un hotel viejo o los precios de esas habitaciones son super baratos, estaba claro que a cualquier dueño no le agradaría la idea de ofrecer servicios tan malos.

Mucho más para alguien que creía haber comprado un hotel en buenas condiciones.

Se me ordenó irme temprano a casa ya que mi aspecto parece llamar mucho la atención y querían dar una imagen más seria.

—Y si hacemos un muñeco —tarareaba con los audífonos puestos golpeando los bultos en la sabana para dejarla lisa.

Como aún faltaban 30 minutos para irme, me acosté con mi teléfono para ver TikToks.

La cama olía muy bien y se sentía con mucha suavidad lo que me hizo halagarme a mí mismo internamente ante el magnífico trabajo que había hecho.

—¿Dormido en una de las habitaciones? ¿Crees que es aceptable?

—No señor —respondí con el rostro bajo apretándome las manos con vergüenza mientras todos veían como me regañaban.

—Las camas son para los huéspedes y justo hoy ¿tenías que hacerlo hoy? Fue la última habitación que les mostramos.

Un caos desastrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora