CAP 3 - Eran migajas de amor

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"Cuando lo sabes, lo sabes"
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CARLOS

Se dirigía a las oficinas de Ferrari, algo andaba mal. Se supone que el iría a revisar algunas cosas dentro de tres días, pero la recepción de esa llamada de emergencia lo dejó con un mal sabor de boca y por supuesto que tenía algo que ver con Charles; conocía a la perfección al menor como para saber que mataría por seguir en Ferrari.

Había dejado a Charles en el departamento que les era proporcionado por los directivos; ellos habían ofrecido un departamento para cada uno y las primeras dos preseasons fue así, ya la tercera decidieron tomar uno para ambos ya que pasaban gran parte del tiempo juntos y esta no iba a ser la excepción.

Sabía que había algo raro en la dinámica de ambos, algunas miradas, roces, palabras y constantes muestras de afecto que hacían hincapié a algo más que un cariño fraternal; sin duda eran demostraciones dignas de dos amantes.

Eran como un matrimonio de personas ya en la vejez. Los jueves de películas, las tardes de golf y la tradición de preparar la cena, aunque el monegasco solo supiese hacer pasta, él podría comer esa pasta toda la vida.

¿Tenía sentimientos por Charles? Probablemente, pero ¿quién no? Ante sus ojos, el monegasco era todo lo que podría desear y más; sentido del humor, un piloto excelente, una belleza sobrenatural, pero lo que más lo jodía eran esos hermosos ojos verdes.

Dios santo, si le diesen una moneda por las veces que imaginó esa mirada seductora fija sobre él mientras le daba placer, sería más rico de lo que es y sería acusado de ser un pervertido. Ahora ¿alguna ves se atrevió a pedirle algo más a Charles? No y no estaba en sus planes hacerlo, se conformaba con la dinámica que tenían en la que parecían una pareja consolidada.

Eran migajas de amor, pero eran sus favoritas.

Llegó a las instalaciones de Ferrari pasadas las cinco de la tarde. Se encontraba demasiado nervioso, pero trataba de mantener la compostura y alejar cualquier mala vibra.

Si bien, tenía un presentimiento de lo que podría pasar al cruzar esa puerta, no tenía otra opción más que resignarse a lo que fuese a pasar entre esas cuatro paredes.

—Carlos, pasa —habló un efusivo Enrico —tenemos que comentar algunas cosas. Qué bueno que estuvieses cerca.

—Si, estaba resolviendo algunos pendientes.

Después de una charla bastante aburrida y extensa sobre la continuidad de la escudería, el legado, la importancia de un equipo y el lograr resultados, sabía lo que estaba pasando y su pecho comenzaba a doler.

—Creemos que Hamilton puede traernos bastantes beneficios al equipo —mencionó sin si quiera tratar de ser amable y eso dolía.

Podía apostar que no se la pensaron dos veces a la hora de considerar el cambio de Hamilton a Ferrari y no podía juzgarlos, tener a un GOAT en un equipo era algo de admirar, pero le causaba conflicto. Si bien él había tenido la única victoria para Ferrari la season pasada, Charles tenía un branding muy fuerte, sabía hacer publicidad y la gente lo idolatraba colocándolo siempre a la par de los grandes y es que después de lo que pasó con Sebastián era más que obvia su decisión. 

TIRANDO EN DIRECCIÓN OPUESTA | CHARLOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora