TIRANDO EN DIRECCIÓN OPUESTA | CHARLOS

CAP 4 - No le dolía el golpe, le dolía el corazón

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"Cuando dos versiones no coinciden, una de las dos es una mentira"
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CHARLES

Se removía en la cama tratando de espabilarse; después de que Carlos lo trajo a casa no quería pensar en otra cosa mas que en dormir y poder relajarse: quería evitar pensar en toda la situación en relación a Carlos, pero le era imposible.

Había tenido un sueño abrumador en donde Carlos lo terminaba odiando por toda la problemática con la escudería, sin duda tenía que comentarlo con él aunque le costase su plaza y una demanda por incumplir el acuerdo de confidencialidad.

Tomó una ducha y ropa bastante cómoda, no tenía ganas de salir en lo absoluto, por lo que sería un plan de casa, además, era jueves y debido a que Carlos había regresado a Italia, prepararía la noche de películas que tenían como tradición.

Dieron las diez de la noche cuando escuchó el sonido de unas llaves para dar paso a un Carlos entrando con enjundia a la casa; no se veía bien.

—Mon Cheri —se dirigió a Carlos buscando respuesta del español que se acercaba con clara molestia — ¿Todo bie...

Un impacto contra su rostro no le dejó terminar la oración; estaba en shock. Carlos lo había golpeado en el rostro. No hizo nada más que llevarse la mano a la mejilla y corroborar si no había sangre, sentía un sabor metálico en su paladar, si no hubo líquido rojo al toque, lo habría en cualquier momento.

—Después de todo lo que hice por ti —escupió con desdén, se podía percibir a Carlos con un aura oscura; sin duda estaba molesto y eso le preocupaba al monegasco, nunca lo había visto así —¿Cómo pudiste ocultármelo?

No se necesitaba ser un genio para saber de lo que estaba hablando y sabía que tarde o temprano lo sabría y si no le decía él, le diría alguien más — te lo iba a decir hoy en la mañana, por eso te llamé —habló con un hilo de voz, estaba al borde del llanto. No le dolía el golpe, le dolía el corazón.

Carlos rió con clara indignación —¿Hoy y cuantas veces más? —se dirigió al menor — ¿me lo ibas a decir en Mónaco con tu familia? ¿O a caso esquiando en los Alpes suizos?

Comentarios sarcásticos salían de la boca de Carlos como si fuesen balas; una tras otra y cada una de ellas confundía más a Charles.

—¿De qué hablas?

—Oww cosita —fingió tristeza —ahora me vas a decir que lo sabes hace poco.

—Literalmente me enteré hoy y siento que estás exagerando.

—¿Exagerando? ¡Llevas meses sabiéndolo! —Carlos se acercó a él poniendo un dedo sobre su pecho causándole daño —Eres toda la mierda que me contaron sobre ti y mucho más.

Charles se quedó en shock, su rostro comenzaba a tornarse de un rojo intenso; no era vergüenza, mucho menos enojo. Estaba frustrado y muy confundido. Su rostro no podía articular ninguna expresión, mucho menos su boca alguna palabra.