🎀San valentin🎀Movía ligeramente el pedazo de carne con el tenedor, llevando el trozo cortado de un lado a otro del plato. El reloj que se encontraba en una estantería sonaba. Tik, tak. El tiempo pasaba, y aquel a quien más amaba no llegaba.
— ¿si quiera sabe que día es hoy? — murmuró por lo bajo en un tono decaído. — hubiera sido mejor que me dijera que no vendría... así me ahorro el dinero de la comida, y el tiempo que pase arreglándome.
Pensamientos negativos comenzaron a invadir la mente de la bella mujer, quien simplemente se reuso en saber que aquel hombre a quien más quería, no llegaría a la cena que tenía planeado.
Se inclino en su silla al centro de la mesa, donde se encontraba una vela para hacer del momento más romántico, apagandola y levantándose de la silla para agarrar ambos platos con comida (uno ya vacío qué el otro). Los dejo en la barda de la cocina, para después ir a su habitación.
Dejandose caer a la suave cama, comenzó a pensar en las muchas cosas que ella quería hacer ese día con wakasa, pero tal parecía que todo se vio afectado con su regreso a la nueva pandilla que habían hecho sus antiguos amigos... Y también los de ________. Solo que a diferencia de ella, la joven rechazo la oferta para pasar su vida de adulta en libertad, y no atada a unos estúpidas peleas de niños..
— ahg — sus ojos le picaban, al igual que su sorbez de la nariz. El sentimiento amargado se había hecho más grande, dándole en los recuerdos de la persona que antes amaba — maldito Imaushi... Te odio.
El amor que antes le tenía al bicolor, cambió a un sentimiento de odio y desprecio hacia el.
— ¿sabes? Ya es suficiente. Deje las cosas de la pandilla en el pasado, solo por pasar mi vida con alguien que enserio me amara... Pero en cambio, me toco un imbécil con pasatiempos infantiles.
Al decir todo eso, una idea cruzo por su cabeza.
Fue con rapidez hacia su armario, viendo su ropa y la de su ex pareja . Tomo sus camisas, pantalones y abrigos, todo para poder meterlo en una maleta.
Ya con todo listo, vio con detalle la habitación, notando qué ahora estaba vacía y sin color. El cual de manera "símbolica" daba a entender que era ella quien pintaba de color la vida de wakasa.
— gracias por aceptar recibirme de regreso con ustedes... Mamá — hablo con cierta pena a la mujer que más quería — lamento si soy un fastidio... Pero.
— no sucede nada, cariño — la voz melodiosa y tranquila de la mayor, fue lo suficientemente reconfortante. Enserio ______ necesitaba eso — yo y tu padre y hermano de estamos esperando con ansias. ¡Ah!, también podrás conocer a tu sobrino.
— si.. —Una sonrisa melancólica apareció en su rostro. Pero se dio cuenta que también ella tenía una sorpresa — yo también tengo que decirles algo... ¡Pero quiero que sea sorpresa!
— muy bien , linda~. Ven pronto y con cuidado.
— ¡si! — colgó el teléfono. Pero aun quería saber si El estaba interesado en ella. Miro los contactos que tenía, y entre ellos encontró a quien buscaba — contesta... Al menos una vez...